La importancia del entrenamiento mental en golf hoy en día nadie lo pone en duda, pero no hace muchos años, algunos jugadores incluso de primer nivel, eran reacios a contar que estaban trabajando con psicólogos deportivos.
Raro confesarlo hace años
Hace unos años, Gonzalo Fernández-Castaño nos contaba que los jugadores del Tour que en los vestuarios decían que habían añadido a su equipo un psicólogo, se les miraba raro puesto que no se sabía muy bien el trabajo que se hacía con ellos y sus resultados.
Hoy en día lo que es raro es encontrar a un jugador que no tenga entre sus entrenadores y colaboradores a un psicólogo deportivo o un mental coach.
En este artículo nuestro Mental Coach de cabecera Francisco González, nos da claves y una serie de datos científicos sacados de varios estudios que demuestran la verdad de esta afirmación.
Adelante con él:
La importancia del entrenamiento mental
El golf es un deporte individual de una gran complejidad te?cnica que demanda altas dosis de adaptacio?n, de resiliencia, de control emocional y de esfuerzo aero?bico, entendiendo por esfuerzo aero?bico la capacidad del organismo para funcionar eficientemente y llevar actividades sostenidas con un poco de esfuerzo, poca fatiga, y con una recuperacio?n ra?pida, deriva?ndose tal esfuerzo, para el golf, de la particularidad de que la duracio?n de un partido oscila estadi?sticamente entre las cuatro y las cinco horas.
Tanto todas estas caracteri?sticas como el hecho del mucho tiempo de que se dispone entre golpe y golpe hacen que el juego del golf, ya sea a nivel de recreacio?n o de competicio?n, exija un rendimiento mental o?ptimo que permita una adecuada activacio?n, un elevado control de la atencio?n, una buena gestio?n de los pensamientos y emociones, una buena capacidad de ana?lisis y de la toma de decisiones asi? como una buena aportacio?n de autoconfianza, dado el hecho de que el jugador o la jugadora amateur de golf tiende a pensar demasiado, tanto en aspectos internos como externos del juego mientas esta? jugando.
Estrés físico y emocional
Ante esta naturaleza intri?nseca del golf los y las golfistas y especialmente ma?s au?n los nin?os, nin?as y jo?venes que lo practican van a estar bajo un estre?s fi?sico y emocional importante. Todo jugador o jugadora de golf siente la presio?n del juego y de pensar exclusivamente en el resultado.
En el caso de los nin?os, nin?as y jo?venes esa presio?n puede provenir normalmente de sus entrenadores, de sus padres, madres, compan?eros o tambie?n de la que se ponen a si? mismo.
En el caso de los adultos esta presio?n suele originarse en ellos mismos, ya sea por razones de autoestima, de ego, o de reconocimiento social. Sin lugar a dudas este tipo de estre?s cro?nico puede distraer a los y las golfistas de sus objetivos y si no se corrige puede provocar alteraciones de salud mental y fi?sica.
Diferente exigencia entre amateurs y profesionales
Es cierto que las exigencias para los y las golfistas amateurs no son las mismas que las de un o una profesional, pero tambie?n no es menos cierto que algunos de los requerimientos que el golf les impone y solicita afectan no solamente a su nivel de desempen?o y rendimiento, sino que adema?s, en buena medida, pueden afectar a su salud mental y fi?sica.
En un estudio realizado por la profesora Maria Stokes en la Universidad de Southampton y el Dr. George Salem en la Universidad del Sur de California, se concluye: «El estudio de fuerza y equilibrio, realizado con dos grupos de muestra durante dos an?os ha indicado que los golfistas mayores tienen y desarrollan beneficios de fuerza y equilibrio».
Lo que sugiere que el golf puede cumplir con las recomendaciones de la Organizacio?n Mundial de la Salud (OMS) para las personas mayores y ello potencialmente podri?a calificar al golf para la prescripcio?n social y los esquemas de referencia entre los responsables poli?ticos para ayudar a controlar las condiciones y mejoras de la salud pu?blica.
La importancia de los estudios científicos
En el Reino Unido, durante la pandemia de COVID, el Dr. Roger Hawkes superviso? el Golf & Health Project (2016-2020), que se establecio? para subrayar los beneficios del golf, y entre los hallazgos publicados se puede encontrar que jugar con regularidad al golf puede ayudar a «reducir la ansiedad, mejorar la confianza y aumentar la autoestima, todo lo cual contribuye a mejorar el bienestar mental».
Segu?n Hawkes, exdirector me?dico del European Tour, esos hallazgos influyeron en que los funcionarios gubernamentales dieran prioridad a la apertura de campos de golf durante la pandemia, expresando lo siguiente:
«Estos hallazgos deberi?an alentar a los responsables poli?ticos y a los profesionales de la salud a considerar recomendar jugar al golf a las personas mayores como parte de animarlos a adoptar un estilo de vida ma?s activo, asi? como abordar la inactividad fi?sica para reducir costos en la atencio?n me?dica.
Beneficios del golf
Estamos viendo cada vez ma?s evidencia de que el golf puede proporcionar importantes beneficios para la salud fi?sica y mental de los participantes como una actividad de intensidad moderada, por lo que continuaremos defendie?ndolos en todo nuestro trabajo con golfistas, federaciones y asociaciones nacionales, profesionales de la salud y responsables poli?ticos», para remarcar finalmente:
«La investigacio?n cienti?fica muestra claramente que se pueden obtener importantes beneficios para la salud fi?sica y mental al jugar al golf. Creemos que el golf puede brindar una oportunidad fanta?stica para que personas de todas las edades y habilidades se diviertan, se pongan en forma y socialicen con familiares y amigos, algo que es importante para la sociedad actual.
Golf de forma accesible
Necesitamos posicionar el golf como una actividad de ocio a la que todos pueden acceder y disfrutar, y fomentar la defensa del deporte como una actividad fi?sica de intensidad moderada por parte de agencias gubernamentales, organismos de salud pu?blica y profesionales de la salud».
Pero aunque no es nada nuevo ensalzar el papel del golf para beneficiar a nuestras mentes y a nuestro cuerpo, desde mi opinio?n personal el efecto ma?s importante de la pandemia fue el de provocar un cambio de punto de vista inesperado al replantear el deporte del golf como algo que no so?lo querri?amos hacer, sino quiza?s como algo que deberi?amos hacer.
Si los beneficios que el golf puede aportar a la salud fi?sica son mu?ltiples y variados estos son algunos de los que puede aportar a la salud mental:
– Mejorar la concentracio?n.
– Aprender a gestionar los contratiempos.
– Reconocer la tensio?n en el cuerpo y saber co?mo liberarla.
– Conectarse con los golpes de una manera que ello permita accder a la mente atle?tica, en lugar de tener interferencias por pensar demasiado.
– Aprender a acceder libremente al «presente» donde el miedo no es el componente clave.
– Desarrollar un sentido optimista sobre el juego y ver automa?ticamente los aspectos positivos en cualquier situacio?n.
– Aprender a evaluar (objetivamente) el juego para centrarse durante las pra?cticas en las a?reas de debilidad.
– Mejorar el desempen?o de golf mediante habilidades humanas transferibles que resultan necesarias para tener e?xito en cualquier cosa que se haga.
La práctica en cualquier deporte es fundamental y en golf no lo iba a ser menos pero, ¿dónde practicar la parte mental? En este post nuestro Mental Coach Paco González nos arroja alguna luz de todo esto. Esperamos que les guste.
Paso buena parte de mi tiempo como entrenador mental tratando de convencer a los y las golfistas amateurs de que el lugar de entrenamiento mental es el campo de prácticas.
Campo de prácticas también para la parte mental.
No sé el porqué, pero muchos jugadores y jugadoras amateurs están convencidos de que el campo de prácticas es únicamente un lugar en el que se aprende o se mejora el desempeño y la performance técnica del swing y de los diferentes golpes y, aunque en parte no les falta razón, no terminan de aceptar que también ese mismo espacio y lugar es donde las distintas habilidades mentales se deben aprender y practicar.
El planteamiento holístico del golf que defiendo supone entender que podemos distinguir entre el cuerpo y la mente pero no separarlos para su aprendizaje y su práctica.
En general la mayoría de los y las golfistas amateurs que acuden esporádica o asiduamente al campo de prácticas lo hacen para ejercitar la técnica y no para entrenar las habilidades mentales, como el foco atencional, la concentración, la consciencia corporal, la respiración, el estado mushin o el quiet eye por citar algunas de ellas.
Automatismos
Por otra parte, cuando se aprende con un instructor una habilidad técnica, el jugador o la jugadora suele practicarla de manera autónoma y acudir a ese instructor, de vez en cuando, para poder perfilar los detalles finos que cree necesitar. Con el entrenamiento mental sucede exactamente igual.
Una vez que el o la golfista ha aprendido la habilidad está en condiciones de realizarla por sí mismo y ponerla en práctica, tanto en sus entrenamientos como en el campo de juego, pudiendo decidir acudir nuevamente al entrenador mental si cree necesitar el perfilar detalles o hacerla aún más consistente.
No dejaré de insistir las veces que haga falta en que el campo de prácticas y las vueltas de práctica en el propio campo son absolutamente esenciales para la mejora y la progresión del desempeño y rendimiento en el golf, pero sea por la razón que sea, el y la golfista amateur no obtienen del mismo la mayor eficacia y eficiencia para su golf.
El fracaso y su gestión
En este orden de cosas me gusta hacer reflexionar a los jugadores y jugadoras amateurs de golf que entreno sobre la noción de fracaso. Se puede definir el fracaso como «el resultado adverso en una cuestión, asunto o acontecimiento que se esperaba sucediese bien».
En el golf la idea de fracaso va inherentemente unida a la frustración, que no deja de ser una respuesta emocional primaria del ser humano y por lo tanto de todo golfista. Respuesta que se activa cuando se malogra un golpe que no culmina en la pretensión diseñada, decidida y esperada.
En el campo de juego esas ideas de fracaso y frustración están presentes permanentemente en todas y cada una de las acciones que acomete el jugador o la jugadora y día a día esa percepción se acentúa más y más dado que la sociedad actual es cada vez mucho más competitiva y, en ella, se ha consolidado la errónea idea de que los perdedores sean vistos como «fracasados». Sin embargo en el campo de prácticas esas ideas de fracaso y frustración se disipan, se difuminan.
Zonas de confort
En parte porque no hay exigencia de puntuación y en parte porque se accede fácilmente a las zonas de confort. Para que me entiendan mejor, en el campo de prácticas se pueden repetir los tiros y se ejercitan normalmente los golpes que ya se conocen o se saben hacer.
Por eso se hace necesario salir de esa zona de confort y entrenar las habilidades mentales que mitiguen o eliminen todas las sensaciones negativas que se pueden producir en el campo de juego.
El entrenamiento mental no consiste en chascar los dedos y como por arte de magia hacer que desaparezcan los problemas, las disfunciones o los errores mentales que afectan al juego. Se trata de entender y convencerse de que es como cualquier otro entrenamiento en el que la reiteración y la constancia logran la corrección de los fallos, las deficiencias y los errores.
Sesiones de trabajo productivas
Se sabe que el desarrollo de habilidades tiene lugar cuando se realizan y se llevan a la práctica. Las sesiones de entrenamiento que implican mucho esfuerzo y son duras, difíciles y exigentes, generalmente conducen a una buena retención del aprendizaje y la transferencia a otros contextos.
Las sesiones, en las que el rendimiento es cómodo y sin esfuerzo al final y a menudo darán como resultado una retención y transferencia deficientes.
Esto es bien conocido y está bien investigado en las teorías del aprendizaje y es lo que constituye el efecto de interferencia contextual.
Del campo de prácticas al campo de juego
Pero aunque el entrenamiento exigente y complejo siempre es una buena decisión para el aprendizaje y práctica de habilidades ya sean técnicas o mentales, cuando muchos se preguntan cómo llevar su buen golf del campo de prácticas al campo de juego, es necesario entender que no se tratará sólo de entrenar de forma exigente y compleja para simular las condiciones del campo de juego sino que se tratará también de llevar la noción de no fracaso al campo de juego y asumir que ahí, durante la vuelta o la competición tampoco existe.
El jugador y jugadora amateur de golf, en el campo de juego, debe convencerse de que no existiendo el fracaso o la frustración lo único que existe ante los fallos y los errores es el aprendizaje.
Sólo se puede aprender de los errores ya sea en el campo de prácticas o en el campo de juego. Equipare su tiempo de práctica técnica a darle un tiempo similar a su práctica mental. Cuanto antes empiece a hacerlo antes mejorará su juego.
Entrenamiento mental y golf amateur son dos conceptos que muchas veces parece que no casan bien. El pensamiento que es solo para profesionales está muy extendido entre todos los deportistas.
Dependiendo de la edad del jugador la carga de trabajo deberá ser adecuada, como se explicaba en el artículo de «Entrenamiento mental por edades».
En este artículo Francisco González, nuestro Mental Coach de cabecera, nos desgrana las claves de lo que debería hacer un amateur para tener un entrenamiento mental correcto.
Entrenamiento mental en el mundo amateur.
Todos los déficits de habilidades mentales relacionados con el desempeño y el rendimiento en golf pivotan en torno a tres ámbitos: el comportamiento (parte conductual), el pensamiento (parte cognitiva) y las emociones (parte afectiva) y es absolutamente necesario comprender que la conducta y el comportamiento siempre dependerán de cómo se piensa y cómo se siente, esto es de los pensamientos y las emociones.
Llevo tiempo ayudando a golfistas amateurs a maximizar sus habilidades mentales para la concentración, el foco atencional, la autoconfianza, el diálogo interno, la gestión de los pensamientos, la motivación, la visualización, permanecer en el presente o la relajación entre otras habilidades, tratando con ello de que consigan su máximo potencial, de que puedan realizar su mejor desempeño posible y de que obtengan el mayor rendimiento deportivo que puedan lograr.
Esta ha sido y es una tarea que ha tropezado y tropezará con inconvenientes que obedecen a distintos factores como pudieran ser la edad del deportista, su falta de compromiso, la falta de una buena cultura deportiva en su entorno, la ignorancia del valor e importancia que tiene el entrenamiento mental, la búsqueda exclusiva de resultados o la preponderancia y orientación hacia el ego.
El entrenamiento mental debería estar presente en todos los golfistas independientemente del nivel. Foto Golfencanarias
Planificación entrenamientos.
Es cierto que para quienes se acercan al golf por un simple motivo de recreación y de pasatiempo, convencerles de la necesidad de establecer una planificación de objetivos o de un entrenamiento periódico ya sea físico, técnico o mental resulta una tarea prácticamente imposible.
En todo caso, nadie debería renunciar a establecer unos parámetros mínimos que le permitieran establecer sus propias metas y evaluar sus actuaciones, pues no se puede olvidar ni ignorar que el deporte siempre consistirá en la búsqueda de la mejora física, técnica y mental de la persona y del propio deportista.
Si tuviera que responder a la pregunta de cuáles son los factores que perjudican más al jugador o jugadora de golf amateur en alcanzar su auténtico potencial, no dudaría en decir que principalmente son, de un lado el no tener compromiso y de otro, no disponer de una mínima estructura a modo de plan esencial mínimamente detallado o, al menos, pormenorizado de manera simple para alcanzar los objetivos que se hubiera fijado, sin importar que los mismos fueran ambiciosos o no.
Planificación de objetivos.
Claro que existen niveles de compromiso con el golf que se dan desde el jugador o la jugadora profesional hasta el jugador o la jugadora amateur (sea cual sea su nivel de competición), pero a pesar de esa diferencia de niveles y compromisos todos y todas deberían estar convencidos de que la mejor herramienta de organización para la consecución de objetivos a corto, mediano y largo plazo es la planificación.
Parece evidente que al o la golfista amateur le resulta más accesible establecer algún tipo de dedicación temporal para la mejora de su condición o habilidad técnica, lo que está en consonancia con la tradición y creencia de que principalmente esta es la habilidad que debe perfeccionar por encima de cualquier otra, pero a pesar de la incomprensión, la ignorancia, las dudas y la desinformación, el entrenamiento mental debería estar, al menos, a la par con el entrenamiento técnico y en algunas casos por delante del mismo.
Siempre me ha sorprendido la falta de procesos de evaluación del jugador o jugadora amateur para conocer qué objetivos necesita tener en cuenta con los que mejorar sus debilidades o con los que aumentar sus fortalezas pues, en parte, solamente necesitaría revisar algunas estadísticas de su juego o reconocer sus actitudes y comportamientos cuando juega, para conocer algunas de las necesidades de naturaleza técnica o mental que debería entrenar.
Progreso y mejora.
Nadie puede cambiar nada por el simple hecho de enunciarlo o por el mero empeño. Dedico una buena parte de mis esfuerzos a tratar de exponer las causas y motivos que impiden a los y las golfistas amateurs a progresar y a mejorar en su juego y cuyo fundamento, asiduamente, se encuentra en la ausencia de las habilidades mentales que les permitirían conseguir ese progreso y esa mejora, más que en sus carencias técnicas.
En todo y toda deportista, sea cual sea su nivel, anida siempre la voluntad de progresar y mejorar tanto a nivel personal como deportivo por lo que, sin lugar a ninguna duda, todo y toda golfista amateur debería acceder al conocimiento y práctica de las habilidades mentales. En verdad las necesitan. El mundo del golf amateur ha permanecido demasiado tiempo alejado del entrenamiento mental y aún hoy permanece ajeno al mismo. Ojalá estos posts sirvan para estimular el interés por él.
Podría decirse, de una manera simple, que la ansiedad competitiva atañe a quienes practican un deporte y que es como un miedo anticipado, como temer un peligro que aún se desconoce y que no ha tenido lugar todavía.
La autopresión factor determinante.
Aunque existe en distintas formas y con diferentes síntomas, la ansiedad competitiva en su vertiente disfuncional suele darse más frecuentemente en personas que se autopresionan para tratar de ser los mejores en aquello que hacen, de manera que suelen ser personas con tendencia al perfeccionismo, a la autoexigencia y a la necesidad imperiosa de ganar, por lo que generan excesiva tensión para acceder a sus logros tanto para sí mismo como para su entorno.
En golf la ansiedad puede llegar a bloquear y acarrear una serie de problemas que desembocan en fracaso.
En el golf, la ansiedad competitiva está muy presente dado que, en esencia, se trata de un juego de incertidumbres, incertidumbre en el resultado del golpe que se ejecuta e incertidumbre en el tanteo final de la ronda o la competición.
Definición de Mellalieu.
Entre las actuales direcciones de investigación que existen sobre la ansiedad competitiva en deporte destaca la definición que propone Mellalieu et al. (1) que la describe como un estado emocional que surge como consecuencia de la valoración o evaluación cognitiva (entendiendo por cognición la capacidad de un ser humano de procesar información a partir de la percepción, del conocimiento adquirido o características subjetivas que le permitan valorar tal información) que el deportista hace de una situación de competitividad o de una competición.
La conclusión que de esta definición se desprende es el hecho de que tanto la situación (competición o situación competitiva) como las características personales del deportista intervienen en el desarrollo de la propia ansiedad competitiva.
La ansiedad en sí misma no es buena ni mala siendo necesario una dosis adecuada de ella para rendir de manera óptima sin bloqueos causados por los nervios o el estrés de modo que, aunque la naturaleza intrínseca de los deportes es muy variada, en el golf se conjugan una serie de características propias que le hacen especialmente ser un productor de situaciones que el o la golfista puede percibir como amenazantes y responder ante ellas en estados emocionales de aprensión, temor, duda y tensión.
Síntomas cognitivos, somáticos y de comportamiento.
Entre los autores e investigadores así como en la literatura científico-deportiva existe una gran variedad de clasificaciones sobre la misma, por lo que voy a preferir decantarme por establecer una tipología de los síntomas o manifestaciones de ansiedad, las cuales pueden ocurrir antes, durante o después de una vuelta o de una competición.
Estos síntomas podemos distinguirlos como cognitivos (incapacidad y dificultad para mantener la atención y la concentración), somáticos (percepción de síntomas corporales causados por la activación del sistema nervioso autónomo, como aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, etc) y de comportamiento (movimientos repetitivos, arrebatos agresivos o de ira, postura inhibida, morderse las uñas).
El psicólogo y científico Charles Spielberger (1927-2013) (2) consideraba que para definir la ansiedad de forma adecuada hay que tener en cuenta la diferenciación entre la ansiedad como estado emocional y la ansiedad como rasgo de personalidad.
La ansiedad-estado, según Spielberger, sería un «estado emocional» inmediato, modificable en el tiempo, caracterizado por una combinación única de sentimientos de tensión, aprensión y nerviosismo, pensamientos molestos y preocupaciones, junto a cambios fisiológicos.
La ansiedad-rasgo y la conducta.
Por su parte, la ansiedad-rasgo haría referencia a las diferencias individuales de ansiedad relativamente estables, siendo éstas una disposición, tendencia o rasgo. Contrariamente a la ansiedad estado, la ansiedad-rasgo no se manifestaría directamente en la conducta y debería ser inferida por la frecuencia con la que un individuo experimentase aumentos en su estado de ansiedad.
En este sentido, Francis et al. (3) concluye en sus estudios que los sujetos con alto grado de ansiedad-rasgo perciben un mayor rango de situaciones como amenazantes y están más predispuestos a sufrir ansiedad-estado de forma más frecuente o con mayor grado de intensidad.
¿La ansiedad competitiva puede ser positiva?
Sin embargo y a pesar de lo expuesto la ansiedad competitiva no tiene por qué ser siempre negativa. Según Jones et al. (4) existe un nivel óptimo para cada persona, para cada deportista.
Cuando se sobrepasa ese nivel es cuando se generan los problemas y las actitudes negativas. Si antes decía que la ansiedad competitiva en deporte se define como un estado emocional que surge como consecuencia de la valoración o evaluación cognitiva que el deportista hace de una situación de competitividad o de una competición, la ansiedad puede entonces actuar como un factor adaptativo.
En tal sentido y en su nivel óptimo puede aumentar las posibilidades de que el desempeño deportivo sea también óptimo, por lo que se puede afirmar que la ansiedad competitiva no siempre actúa como factor negativo en el rendimiento deportivo. Una alta autoestima ayuda a que se transforme en un elemento adaptativo y facilitador en el desempeño y rendimiento en golf.
Cada jugador un mundo.
El nivel de ansiedad competitiva presente en una situación dada, ya sea una ronda social o de competición depende del grado de personalidad ansiosa que presente el jugador o la jugadora de golf.
Pero además de las características personales del o de la golfista, también ha de tenerse muy en cuenta cuáles son sus consideraciones sobre el éxito, entendiendo por éxito no sólo el resultado final de una competición sino además, lo que es más importante, la consideración exitosa que pueda hacer de cada uno de los golpes que realiza durante el juego.
Según Frank Erik Abrahamsem (5) un deportista y en nuestro caso un o una golfista se sentirá exitoso cuando al lograr el dominio o la buena ejecución de un golpe, cuando al culminar con buen juego una ronda o cuando al concluir adecuadamente el aprendizaje de una habilidad técnica, mental o física juzgue todo ello desde una perspectiva autorreferencial de mejora y disfrute, de modo que ese éxito hará que se oriente al proceso o a la tarea.
Mientras que un o una golfista que valore esos éxitos en términos de demostrar superioridad sobre los demás o sobre sus compañeros competidores juzgará todo ello desde la importancia que da a la opinión de los demás y a la alabanza pública, de manera que tendrá una orientación hacia el resultado o el ego, por lo que conviene decir que ambas orientaciones motivacionales influyen de manera diferente en el estado de ansiedad.
Gestión de la ansiedad.
La orientación motivacional centrada en el resultado o el ego se presenta como un predictor del aumento de los niveles de ansiedad competitiva, mientras que la orientación hacia el proceso o la tarea predice el aumento de los niveles de autoestima y de autoconfianza, de modo que puede afirmarse que todo aumento de los niveles de autoconfianza y autoestima reducirán significativamente los niveles de ansiedad competitiva, mientras que por el contrario una ausencia de autoconfianza y autoeficacia provocará un aumento de la ansiedad competitiva según consideran en sus estudios Jokela y Hanin (6).
Todo jugador o jugadora de golf amateur que desee alcanzar las mejores cotas de rendimiento y de resultados deberá orientarse hacia el proceso o la tarea. Sí, es cierto, el golf se enfoca esencialmente al resultado pero enfocarse al proceso/tarea supone suspender la afección del resultado sobre nuestros estados de ánimo y sobre el surgimiento de emociones y pensamientos disfuncionales.
Concentrarse en el proceso/tarea y no en el resultado del golpe o del tanteo final no impide que se cometan errores, pero si pone al y la golfista en predisposición de jugar mejor y alcanzar finalmente mejores resultados.
Citas y bibliografía
(1) Mellalieu, S., Fletcher, D., Halton, S. (2006). “A competitive anxiety review: Recent directions in sport psychology research”. Swansea University, University of Wales y Cardiff Metropolitan University.
(2) Spielberger, CD. (1983). “Manual for the State-Trait Anxiety Inventory (STAI)”. Palo Alto, CA: Consulting Psychologists Press
(3) Ries, Francis et al. (2012). “Relaciones entre ansiedad-rasgo y ansiedad-estado en competiciones deportivas”. Cuadernos de Psicología del Deporte, vol.12, nº2.
(4) Jones, G., Hanton, S., y Swain, A. (1994). “Intensity and interpretation of anxiety symptoms in elite and non-elite sports performers. Personality and Individual Differences, 17.
(5) Abrahamsem, F.E. (2008). “Achievement goals and gender effects on multidimensional anxiety in national elite sport”. Psychology of Sport and Exercise, Vol.9, Issue 4.
(6) Jokela, M. y Hanin, Y. (1999). “Does the individual zones of optimal functioning model discriminate between successful and unsuccessful athletes? A meta-analysis”. Journal of Sports Sciences 17.
Entrenamiento Mental por Categorías de Edad 4, es la cuarta y última entrega de la serie que hemos venido publicando desde hace unos meses. Haciendo clic aquí pueden ver la tercera entrega, aquí la segunda y aquí la primera.
Francisco González nuestro Coach Mental de referencia nos habla en entrenamiento mental por categorías de todos los factores que influyen en los jóvenes en su etapa de aprendizaje.
Con el presente post termina esta serie dedicada al entendimiento de los aspectos más relevantes de la evolución fisiológica, mental y emocional de los niños, niñas y jóvenes así como del conocimiento de los condicionantes que pueden afectar a su desempeño deportivo y a la práctica del golf.
Siguiendo con la estructura de edades que establece la RFEG en este cuarto post trataré sobre la etapa que denomino Alto Rendimiento que abarca la Categoría Junior (edades comprendidas entre los 17 y 21 años).
La O.M.S. considera que, después de la adolescencia, la etapa que va de los 15 a los 24 años de edad se define como juventud, pues la idea formal y legal de que a los 18 años de edad se es un adulto o adulta no encaja en los parámetros científicos y sociológicos actuales, que apuntan al hecho de que la madurez emocional, el desarrollo hormonal y particularmente la actividad cerebral no se corresponden con esa edad.
El desarrollo cognitivo.
Las investigaciones en neurociencia demuestran que el desarrollo cognitivo de los y las jóvenes continua mucha más allá de los 18 años de edad ya que tanto su madurez emocional, como su imagen personal, identidad y el propio juicio estarán condicionados y limitados hasta que el cortex prefrontal del cerebro se desarrolle completamente, aunque es importante decir que no todos los jóvenes se desarrollan al mismo tiempo.
En cualquier caso y a pesar de la precocidad con la que cada vez se accede más a la competición deportiva los jugadores y jugadoras comprendidos en la categoría junior no dejan de ser jóvenes cuya madurez fisiológica, tanto física como cerebral, cognitiva y emocional aún no puede entenderse como la de un adulto/a.
El pensamiento.
En esta etapa el desarrollo longitudinal del cuerpo es más lento y culmina el desarrollo físico aumentando con rapidez la fuerza muscular. El pensamiento es teórico, formal y reflexivo, asimila operaciones intelectuales complejas, enriquece su aparato conceptual y puede considerarse una buena época para el aprendizaje, el estudio y la reflexión, lo que les permite afrontar la realidad con un mayor bagaje intelectual.
Desarrolla la autoconciencia, el conocimiento del propio yo y de la concepción del mundo, respeto a sí mismo y a sus funciones, tareas y roles.
Da valor y percibe mejor sus cualidades personales, la honradez, el sentido de lo que es justo y lo que no, lo que es importante y lo que no, lo que es perentorio y no.
Principios y valores.
Así mismo, desarrolla principios y valores que habían surgido en la adolescencia y que ahora empezarán a consolidarse, lo que hará que comiencen a enfrentarse y rechazar todo aquello que se les pretenda imponer.
Durante esta etapa los y las jóvenes comienzan a pensar en el futuro y empiezan a trazar planes vitales y profesionales que les permitan tener una buena vida.
Es una etapa en la que definitivamente los amigos/as tienen un rol de acompañamiento en sus deseos lo que les sirve de apoyo y confianza para enfrentarse a los acontecimientos y sucesos de la vida.
También es la etapa en la que defienden sus derechos individuales frente a quien pretenda no reconocerlos o simplemente los ignore.
Desde el punto de vista sentimental el sexo no representa ya un descubrimiento y una nueva experiencia pues ahora este torna hacia el descubrimiento de lo que es el amor.
El desempeño y y rendimiento deportivo.
Si lo miramos desde la perspectiva de la práctica físico-deportiva es en esta etapa en donde se producen los mayores avances en el desempeño y el rendimiento deportivo, bien entendido que esta es una referencia al mundo amateur.
También es una etapa en la que se suele dar el salto al mundo profesional y en la que los parámetros de desempeño y rendimiento adquieren una dimensión diferente y mucho más exigente.
Ahora bien y dada la larga trayectoria de los niños/as en las etapas anteriores de formación y aprendizaje, así como de iniciación a la competición y posterior perfeccionamiento hasta alcanzar la fase del alto rendimiento, el aumento significativo de las competiciones en el período de juventud de los jóvenes deberán de considerarse y tenerse muy en cuenta las repercusiones en su comportamiento, ya que uno de los efectos estadísticamente más comunes es el abandono del deporte y como no podría ser de otra manera del golf.
En esta etapa de Alto Rendimiento y dado el carácter acumulativo de las anteriores fases se hace imprescindible tener presente y en consideración las consecuencias que se derivan de la competición y que se orientan siempre en dos vectores opuestos:
COMPETICIÓN ? FACTOR EDUCATIVO/FORMATIVO ? DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD DEL DEPORTISTA
COMPETICIÓN ? FACTOR DE ALTERACIÓN DE LA CONDUCTA ? FRACASO/ÉXITO = AUTOVALORACIÓN INADECUADA
Estudios más importantes en la materia.
Son múltiples los estudios: Gardner et al. (1), Rottensteiner et al. (2) Persson et al. (3) y Molinero et al. (4) que demuestran y ponen en evidencia que el problema del abandono que se produce en edades muy tempranas tiene su etapa más crítica entre los 13 y los 18 años de edad e incluso posteriormente.
Las causas que provocan el abandono de la práctica físico-deportiva son muy diversas y variadas pero un breve resumen de las mismas nos llevaría a fijar como las que aparecen en casi todos estos estudios las siguientes:
– Conflicto de intereses: como consecuencia de coincidir el horario de otras actividades que interesan más o se priorizan por delante de la práctica físico-deportiva.
– Falta de tiempo: al tener que dedicarse intensamente a los estudios o verse inmerso en otras actividades extraescolares o familiares.
– Falta de mejora de las habilidades: el no percibir mejorías en la práctica deportiva lleva al desánimo, la decepción y el abandono.
– Falta de diversión: lo que conduce al aburrimiento y desinterés por la actividad.
– Presión competitiva: el exceso de presión, ya sea que provenga de la propia competición, del propio golfista, de los familiares, de los entrenadores, de los amigos/as es un factor de riesgo muy importante.
– Mala relación con el entrenador, directivos o compañeros de equipo: debida a conductas, comentarios, comportamientos y opiniones que provocan desánimo y malestar y pérdida de confianza en las motivaciones.
– Pérdida de motivación: que pueden ser muy diversas ya que cada deportista practica por una razón y una motivación distintas.
Recordemos que esas motivaciones pueden ser intrínsecas: como la diversión, el mejorar las habilidades y aprender otras nuevas, el experimentar sensaciones y emociones diferentes, estar con amigos y amigas o conocer algunos/as nuevos/as pero también pueden ser extrínsecas como ganar, tener éxito o tener el reconocimiento social de los demás.
Motivaciones intrínsecas y extrínsecas.
El abandono de la práctica físico-deportiva y del golf supone también el abandono de muchas de la motivaciones intrínsecas y extrínsecas que llevaron al niño o la niña a su práctica y en todos los estudios citados de todas ellas la falta de diversión en los entrenamientos aparece como una de las principales.
En esta lucha contra el abandono del deporte será necesario el compromiso, la dedicación y el conocimiento de todos estos factores por parte de la familia y de los entrenadores/as de niños, niñas y jóvenes.
Este libro en buena parte se orienta a que esa tarea sea más accesible y fácil para todos y todas.
Veamos entonces distintos aspectos del entrenamiento mental.
Entrenamiento Mental General.
Aquí el entrenamiento mental ha de desarrollarse en toda su amplitud en consonancia con el aumento de las cargas de la competición y del trabajo que conlleva el “pulido y detalle” del entrenamiento de perfeccionamiento anterior, de manera que:
– La planificación de los entrenamientos además de objetivos (técnicos, físicos, mentales, tácticos, físicos y nutricionales) deberá de tener en cuenta el calendario de competiciones elegidas y las características de los campos en los que se compite.
– La mejora del rendimiento debe ser testada periódica y frecuentemente además de someterse exhaustivamente al análisis tecnológico (radar, video y 3D).
La práctica se dirige en buena parte a la simulación de las condiciones de competición concretas que se den en los campos donde se va a competir según el calendario elegido.
Entrenamiento Mental Específico
Sus motivaciones están orientadas específicamente a la competencia debiendo de llevarse a cabo:
Una profundización de las habilidades de:
– Control de la activación y orientación atencional para que las apliquen en cada competición.
(1) Gardner, L. A., Magee, C. A. y Vella, S. A. (2017) “Enjoyment and behavioral intention predict organized youth sport participation and dropout”. Journal of Physical Activity & Health, 14.
(2) Rottensteiner, C., Laakso, L., Pihlaja, T. y Konttinen, N. (2013) “Personal Reasons for Withdrawal from Team Sports and the Influence of Significant Others among Youth Athletes”. International Journal of Sports Science & Coaching, 8.
(3) Persson, M., Espedalen, L. E., Stefansen, K. y Strandbu, Å. (2020) “Opting out of youth sports: how can we understand the social processes involved?”. Sport, Education & Society, 25.
(4) Molinero, O., Salguero, A., Tuero, C., Alvarez, E. y Márquez, S. (2006) “Dropout Reasons in Young Spanish Athletes: Relationship to Gender, Type of Sport and Level of Competition”. Journal of Sport Behavior, 29.