En la Historia del Real Club de Golf de Tenerife que venimos publicando desde hace un año y que si hacen clic aquí podrán leer el primer capítulo, nos estamos encontrando con datos muy curiosos y sorprendentes pero a partir de este capítulo 9, las tramas militares provocadas por la inminente Guerra Civil Española (1936-1939) harán que lo que suceda en el club sea digno de una novela.
Lectura en perspectiva.
Como hemos recalcado en capítulos anteriores de esta historia y para que el lector no se lleve ningún susto, le recomendamos que cuando lea estos capítulos se ponga en el año del que estamos hablando. Con ello logrará entender mucho mejor ciertos aspectos que dejamos entre líneas.
A partir de hoy la descripción será tipo diario para que puedan apreciar la evolución tan vertiginosa que experimentará el club en muy poco tiempo.
20 de diciembre de 1933
Se encomienda la labor de realizar un reglamento de juego y reglas locales a los miembros de la Junta de Gobierno y excelentes jugadores Sr. Juan Lliso y Sr. José de Arrate.
Esto viene motivado porque el golf que se jugaba en este campo poco se parecía con lo que se hacía por el resto del país, con más tradición y número de jugadores practicantes del mismo.
De hecho el nivel de sus jugadores era bajísimo teniendo hándicap de una cifra sólo 5 jugadores y siendo el sistema de adjudicación de los mismos un poco particular por decirlo de algún modo, pero tenemos que entender la situación de esos años y que eran los inicios del golf en esta zona de la isla.
Se comienzan a instaurar los primeros campeonatos que se jugarían en el club durante décadas, con la donación de sus trofeos por parte de diversos jugadores y personalidades destacadas de la época.
28 de diciembre de 1933
Se acuerda retocar los greenes y dejarlos de tierra. El coste que suponía implantar hierba en todo el campo era inasumible para las arcas del club, por lo que se decide que ese dinero se destinaría a la consolidación de la Casa Club y alrededores.
De forma provisional el del 9 se planta con hierba para ver la adaptación de la misma al terreno. Una vez finalizados los trabajos que duraron pocos días, se abre de nuevo el campo.
Niceto Alcalá-Zamora, Presidente de la República Española entre 1931 y 1936.
Se aprovecha la visita a Tenerife de un destacadísimo miembro republicano y la mediación del diputado en el Congreso en Madrid del Partido Republicano de Tenerife Elfidio Alonso Rguez., para solicitar una ayuda para el club al Gobierno de la República presidido esos días por Niceto Alcalá-Zamora. Este acepta enviando todos los muebles para la Casa Club.
29 de enero de 1934
Se acuerda elevar el canon de entrada al club a 1.000 pesetas (6€) debido a los gastos que se estaban produciendo en el campo. Era una constante preocupación el tema económico puesto que debido a la orografía y características del campo, los cuidados y materiales necesarios para su mantenimiento eran muy costosos.
Los directivos de la época ya veían que el campo podía expandirse al este y suroeste y por ello comenzaron a realizar contactos secretos para no elevar el precio con los propietarios de los terrenos colindantes, para su posible compra o alquiler.
Muchos venían desde los inicios en La Quinta y sabían que la historia del club podría ser bien distinta si el campo seguía expandiéndose y así se aumentaba la opción de atraer nuevos socios.
Tenemos que recordar que el 80% de los socios no jugaba al golf habitualmente (menos de una vez al mes) y utilizaban el club como sede empresarial y de negocios.
08 de febrero de 1934
Toma la presidencia temporal del club D. Manuel Glez. Vernetta por motivos urgentes personales del presidente Sr. Yanes. En esta fecha el club cuenta con 128 socios propietarios y 47 familiares, haciendo un total de 175 y de ellos sólo 50 jugaba al golf de forma habitual.
Toma las riendas del club de forma provisional pero bajo su mandato deberá hacer frente a situaciones muy delicadas que veremos en posteriores capítulos y que serán claves para el desarrollo de la Guerra Civil Española que se iniciaría en el año 1936 y en el que el Club de Golf Tenerife tuvo un papel fundamental sin saberlo sus socios.
Muchas de las reuniones que se mantuvieron en el golf forjaron el desenlace de la historia y rumbo que tomaría España en los siguientes años.
Espías en el Real Club de Golf de Tenerife.
Les recomendamos que no se pierdan el próximo capítulo de esta historia donde se empezarán a ver movimientos de militares y espías en el club dignos de un Best Seller. Les aseguramos que les dejará muy sorprendidos.
En la Historia del Real Club de Golf de Tenerife a partir de ahora nos vamos a encontrar con datos muy curiosos y sorprendentes.
Lectura en perspectiva.
Para que el lector no se lleve ningún susto, le recomendamos que cuando lea estos capítulos se ponga en el año del que estamos hablando. Con ello logrará entender mucho mejor ciertos aspectos que dejamos entre líneas.
Así que vamos con este Capítulo 8 en la que, entre otras cosas, hablaremos de la rebaja del precio de la Casa Club por como se dijo en esos días, “el carácter patriótico de la edificación”.
En este capítulo 8 avanzamos en la construcción del campo. Hablábamos en el capítulo anterior de las personas y entidades que ayudaron a crecer al Tenerife Golf Club con las ayudas dadas y de “ese extraño juego en el que se emplean palos y una pelota”. Hoy lo vamos a hacer del despegue del club en los primeros años.
Casa Club del Tenerife Golf Club (parte trasera) finales años 40. Foto Real Club de Golf de Tenerife
Cronología de la historia.
A partir de hoy iremos viendo la evolución del club cronológicamente para que se puedan apreciar lo rápido o lento que se movían las cosas en los años 30 dependiendo de los «factores externos».
Una de las primeras medidas adoptada en el año 1933 fue el regular las visitas al campo que ya prácticamente estaba concluido, fijando las siguientes tarifas:
Cuotas por socios transeúntes:
1 día 6 pesetas. (0.0361€)
15 días 40 pesetas. (0.2404€)
1 mes 60 pesetas. (0.3606€)
2 meses 80 pesetas. (0.4808€)
3 meses 120 pesetas. (0.7212€)
El mayor problema la falta de hierba.
Los jugadores (aún pocos) que durante el principio del año 1933 venían a jugar de la península, siempre comentaban que el campo era muy bonito y técnico pero que la falta de hierba en muchos hoyos hacía que perdiera enteros.
Esto hizo reaccionar de inmediato a la Junta de Gobierno y el 10 de agosto de 1933 se autoriza la compra de la hierba para ser plantada en el campo, aunque pasaría mucho tiempo hasta que esto sucediera. Se buscaba que el campo diera un salto de calidad y se equiparara con los campos peninsulares, que eran los que se llevaban la palma en cuanto a visitantes.
Rebaja de 10.000 pesetas en el presupuesto de la Casa Club por «carácter patriótico».
El 05 de octubre 1933 se presiona al constructor de la Casa Club para que rebaje de 35.000 (210€) a 25.000ptas. (150€) el presupuesto inicial de la construcción de la Casa Club.
Casa Club del Tenerife Golf Club en el acto de inauguración. Foto Real Club de Golf de Tenerife
En un principio se niega en rotundo a hacerlo, por lo que la Junta de Gobierno del club crea una “comisión” para entrevistarse con él e intentar hacerle entrar en razón. Después de una reunión celebrada fuera del club, accede a la rebaja, dando como argumento para el cambio de postura la consideración de la obra como de «carácter patriótico» (sic).
Sea como fuere, la rebaja se llevó a cabo y los socios de esa época pudieron destinar esas 10.000 pesetas en arreglos del campo… en teoría.
En el próximo capítulo hablaremos de los primeros reglamentos de juego del club y el nivel que tenían sus jugadores.
Historia que comienza con todo lo que rodeó a la compra de los terrenos para construir el campo y que se vio rodeado de presiones, acuerdos y suma de intereses.
Para ponernos en situación recordemos que en el capítulo anterior y que pueden leer haciendo clic aquí, hablábamos de las ayudas que instituciones y diversas personalidades de la época prestaron a la futura construcción del campo de golf.
Es importante para que se hagan una composición de lugar porque con los datos que les presentamos ahora podrán comprender determinadas acciones y actitudes.
La compra de los terrenos.
Los terrenos que se compran para hacer el campo de golf pertenecen a muy pocas familias, siendo los herederos de D. Rafael Tabares los que mayor cantidad venden.
Otra parte importante se compra a D. Miguel Tabares, hermano de Rafael y a Pedro L. Machado, que venden sus tierras en una mezcla de sentimientos e intereses:
1.- Negocio.
Era evidente que sacaban un rédito a unas tierras que en muchos casos no daban dinero y que se tenían plantadas pero con poca producción. Algunos eran casi un huerto de subsistencia puesto que lo que se sacaba solo daba para comer.
2.- Amistad.
En algunas ocasiones la relación de amistad entre vendedor y comprador eran fundamentales para que la venta saliera a delante. En aquella época no se vendía a cualquiera y si el comprador no era de confianza la venta podía resultar fallida.
Se han documentado casos en el que, ante la llegada de dos compradores a por una misma «suerte», se le vendía al que era más conocido por la familia del vendedor, aunque la oferta de compra fuese más baja.
3.- Solidaridad.
También hemos podido constatar que en algunas ventas el sentimiento de estar construyendo algo importante para la zona ayudó a que los vendedores se decidieran a vender sus terrenos.
No es que fueran unos visionarios pero cerca estuvo, porque tenemos que recordar que en esa época el golf era un deporte completamente desconocido y sin apoyos.
4.- Presiones.
Alguna hubo porque también hay registros de ellas pero no fueron muchas ni relevantes, podríamos decir que «las justas» como veremos más adelante.
Recordemos el «carácter patriótico» que se le confirió a la construcción del campo de golf, lo que hacía que cualquier gesto en su contra fuese tomado también como un desaire al poder establecido.
Según consta en la documentación estudiada, alguna parcela se quedó bloqueada sin vender entre dos ya vendidas y a sus propietarios se les tuvo que «hacer una visita» (sic) para que comprendieran la importancia que la venta de sus tierras tenía para Tenerife.
Aunque parezca leído así que fueron presiones duras no lo fueron, puesto que no hay ni un solo dato en todos los documentos consultados en los que se muestre algo más de presión que los diálogos que se tenían entre ambas partes.
Retroactividad en los contratos.
Los contratos de alquiler se hacen con carácter retroactivo en 1933 con fecha septiembre de 1932, lo que da a entender el nivel de confianza y despreocupación que reinaba en esa época. Un simple apretón de manos servía de contrato que se respetaba hasta el final.
Foto archivos Real Club de Golf de Tenerife
Se empezó construyendo el 50% del terreno disponible.
El campo de golf fue construido bajo la dirección del técnico D. Andrés A. Díaz, con arreglo al proyecto del arquitecto D. Miguel Martín-Fernández de la Torre.
Solo se construyó el 50% de la superficie disponible teniendo un presupuesto total de gastos de construcción y acondicionamiento de 100.000 pesetas de la época, 601 euros actuales. Recordemos que para la construcción del campo los socios aportaban una cantidad fija de entrada de 500 pesetas y una mensualidad de 10 pesetas.
34 fanegadas de superficie.
Los terrenos constaban de ocho «suertes», midiendo 34 fanegadas (217.600 metros cuadrados), teniendo un largo de 1.500 metros y un ancho de 130.
Lo primero que se empezó a construir fueron las barranqueras y obstáculos artificiales diversos, «en número bastante para el debido desarrollo del deporte» como rezaban los artículos de la época.
Esto es lo que publicaba el diario Hoy el 16 de noviembre de 1932:
La parte que se pondrá en ejecución inmediata, tan pronto como el señor Martín termine el proyecto, comprende la mitad del terreno en su parte baja, donde se construirán nueve hoyos, distantes entre sí unas 3.200 yardas. El piso del campo será de césped en su totalidad, y constará con todos los obstáculos reglamentarios, pues es, propósito decidido de los organizadores poner el campo del Golf Club Tenerife a la altura de los de Inglaterra y Norteamérica, con el fin de que los turistas que recalen en la isla no echen de menos ninguna clase de detalles.
Felicitamos sinceramente a los organizadores del Golf Club por su valiosa aportación al prestigio turístico de la isla, y agradecemos las atenciones que nos fueron dispensadas con motivo de nuestra visita a los terrenos.
Construcción por partes.
Podemos decir que se construyó por partes, añadiendo detalles a los mismos según pasaban los años y se iban añadiendo terrenos a la finca. Es más, tenemos documentos que acreditan que en 1954 aún había 6 hoyos en construcción.
Se puede considerar que la finalización de cada hoyo se conseguía cuando se plantaba la hierba en él, cosa que sucedió muchos años después de su inauguración como veremos en capítulos posteriores.
Historia del Real Club de Golf de Tenerife. De cómo las principales personalidades políticas, militares y económicas de Tenerife se volcaron con la construcción del nuevo campo de golf con ayudas de todo tipo.
Hablábamos en el capítulo anterior de la Historia del Real Club de Golf de Tenerife de las ayudas patrimoniales recibidas, la influencia que tuvo el Aeropuerto de los Rodeos para la construcción del nuevo campo del Tenerife Golf Club y de las presiones políticas del momento.
Desde el principio diversos particulares y entidades colaboraron con el Club de Golf Tenerife en forma de ayudas económicas o de gestión.
Por citar algunos ejemplos Richard J. Yeoward, fundador de Yeoward Line, la primera línea de turismo naval del mundo (Liverpool, Portugal, Madeira y Canarias) y primer productor y exportador de plátano isleño, que donó 1.000 ptas. para la construcción del campo.
El gran arquitecto José Enrique Marrero Regalado(con obras tan importantes como el Cabildo de S/C, Mercado Nuestra Señora de África, Basílica de Candelaria, Cine Víctor, Comandancia de Marina S/C, etc.), donó de forma completamente desinteresada los planos de la casa Club.
Muelle del Puerto de la Cruz principios de 1900, sede y diferentes carteles de la Yeoward Line. Fotos Bernardo Cabo.
Estás primeras ayudas fueron inmediatamente respondidas con la aparición en escena de las más destacadas figuras políticas, económicas, militares, etc. de Tenerife. Algunos nombres por citar unos pocos, que participan en la creación o subvención del club son:
MARTÍN RODRÍGUEZ Y DÍAZ LLANOS, terrateniente con más de 3000 hectáreas de tierras en Arico.
ANTONIO LECUONA Y HARDISSON, Presidente del Conservatorio de Música, músico y político. Proporcionó muchísima ayuda política para la construcción del campo.
MIGUEL ZEROLO FUENTES, alfombrista y ex alcalde de Santa Cruz de Tenerife. Pertenecería al igual que su hermano Tomás al Cuerpo Jurídico Militar de la época.
TOMÁS ZEROLO FUENTES, prestigioso médico-cirujano ex Presidente del Colegio de Médicos de Tenerife.
CARLOS HARDISSON PIZARROSO, llegó a Capitán en el régimen franquista y también tenía mucho poder en esa época.
ANTONIO RODRÍGUEZ ORTIZ, Teniente Coronel de renombre a nivel nacional que jugó un destacado papel en el franquismo pero que Franco directamente le cerró la carrera militar retirándolo del ejército en 1937. Su historia es digna de ser llevada al cine.
JOHN WALTER GOLDING, casa de coches Austin y Cia. Kunher and Henderson.
JOSÉ SAMSO HENRÍQUEZ, Auditor de Guerra durante el período franquista.
Estos y otros muchos nombres más, al acabar la guerra se convirtieron en los verdaderos pesos pesados de la sociedad canaria.
El 10 de marzo de 1933 piden ayuda política para que la construcción del campo no se viera perjudicada, puesto que la sociedad civil estaba algo convulsa, con constantes huelgas y enfrentamientos.
No se refleja quién se la pide, pero cruzando datos se sabe que se pidió ayuda al Gobernador Civil en S/C de Tenerife D. Rafael Rubio Carrión y al Capitán General de Canarias D. Enrique Salcedo Molinuevo, que sería fusilado en noviembre de 1936 al no secundar la sublevación que dio origen a la Guerra Civil Española.
Ellos moverían los hilos pertinentes para poder agilizar gestiones y que la burocracia no fuera una piedra en el camino.
Rafael Rubio Carrión. Foto “La Voz del Sur”
El campo se considera desde un primer momento como de interés nacional como veremos en el siguiente capítulo, por lo que era de vital importancia que no se pusieran trabas al mismo.
Así, de esta forma literal, lo encontramos escrito en varios documentos de la época lo que nos da a entender que no se trataba simplemente de un campo de golf al uso.
En el próximo capítulo veremos a quién pertenecían los terrenos sobre los que se construye el campo y cuales son los primeros inconvenientes que se encuentran.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Cookies estrictamente necesarias
Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Si desactivas esta cookie no podremos guardar tus preferencias. Esto significa que cada vez que visites esta web tendrás que activar o desactivar las cookies de nuevo.