La práctica. Entrenamiento mental.
La práctica en cualquier deporte es fundamental y en golf no lo iba a ser menos pero, ¿dónde practicar la parte mental? En este post nuestro Mental Coach Paco González nos arroja alguna luz de todo esto. Esperamos que les guste.
Paso buena parte de mi tiempo como entrenador mental tratando de convencer a los y las golfistas amateurs de que el lugar de entrenamiento mental es el campo de prácticas.
Campo de prácticas también para la parte mental.
No sé el porqué, pero muchos jugadores y jugadoras amateurs están convencidos de que el campo de prácticas es únicamente un lugar en el que se aprende o se mejora el desempeño y la performance técnica del swing y de los diferentes golpes y, aunque en parte no les falta razón, no terminan de aceptar que también ese mismo espacio y lugar es donde las distintas habilidades mentales se deben aprender y practicar.
El planteamiento holístico del golf que defiendo supone entender que podemos distinguir entre el cuerpo y la mente pero no separarlos para su aprendizaje y su práctica.
En general la mayoría de los y las golfistas amateurs que acuden esporádica o asiduamente al campo de prácticas lo hacen para ejercitar la técnica y no para entrenar las habilidades mentales, como el foco atencional, la concentración, la consciencia corporal, la respiración, el estado mushin o el quiet eye por citar algunas de ellas.
Automatismos
Por otra parte, cuando se aprende con un instructor una habilidad técnica, el jugador o la jugadora suele practicarla de manera autónoma y acudir a ese instructor, de vez en cuando, para poder perfilar los detalles finos que cree necesitar. Con el entrenamiento mental sucede exactamente igual.
Una vez que el o la golfista ha aprendido la habilidad está en condiciones de realizarla por sí mismo y ponerla en práctica, tanto en sus entrenamientos como en el campo de juego, pudiendo decidir acudir nuevamente al entrenador mental si cree necesitar el perfilar detalles o hacerla aún más consistente.
No dejaré de insistir las veces que haga falta en que el campo de prácticas y las vueltas de práctica en el propio campo son absolutamente esenciales para la mejora y la progresión del desempeño y rendimiento en el golf, pero sea por la razón que sea, el y la golfista amateur no obtienen del mismo la mayor eficacia y eficiencia para su golf.
El fracaso y su gestión
En este orden de cosas me gusta hacer reflexionar a los jugadores y jugadoras amateurs de golf que entreno sobre la noción de fracaso. Se puede definir el fracaso como «el resultado adverso en una cuestión, asunto o acontecimiento que se esperaba sucediese bien».
En el golf la idea de fracaso va inherentemente unida a la frustración, que no deja de ser una respuesta emocional primaria del ser humano y por lo tanto de todo golfista. Respuesta que se activa cuando se malogra un golpe que no culmina en la pretensión diseñada, decidida y esperada.
En el campo de juego esas ideas de fracaso y frustración están presentes permanentemente en todas y cada una de las acciones que acomete el jugador o la jugadora y día a día esa percepción se acentúa más y más dado que la sociedad actual es cada vez mucho más competitiva y, en ella, se ha consolidado la errónea idea de que los perdedores sean vistos como «fracasados». Sin embargo en el campo de prácticas esas ideas de fracaso y frustración se disipan, se difuminan.
Zonas de confort
En parte porque no hay exigencia de puntuación y en parte porque se accede fácilmente a las zonas de confort. Para que me entiendan mejor, en el campo de prácticas se pueden repetir los tiros y se ejercitan normalmente los golpes que ya se conocen o se saben hacer.
Por eso se hace necesario salir de esa zona de confort y entrenar las habilidades mentales que mitiguen o eliminen todas las sensaciones negativas que se pueden producir en el campo de juego.
El entrenamiento mental no consiste en chascar los dedos y como por arte de magia hacer que desaparezcan los problemas, las disfunciones o los errores mentales que afectan al juego. Se trata de entender y convencerse de que es como cualquier otro entrenamiento en el que la reiteración y la constancia logran la corrección de los fallos, las deficiencias y los errores.
Sesiones de trabajo productivas
Se sabe que el desarrollo de habilidades tiene lugar cuando se realizan y se llevan a la práctica. Las sesiones de entrenamiento que implican mucho esfuerzo y son duras, difíciles y exigentes, generalmente conducen a una buena retención del aprendizaje y la transferencia a otros contextos.
Las sesiones, en las que el rendimiento es cómodo y sin esfuerzo al final y a menudo darán como resultado una retención y transferencia deficientes.
Esto es bien conocido y está bien investigado en las teorías del aprendizaje y es lo que constituye el efecto de interferencia contextual.
Del campo de prácticas al campo de juego
Pero aunque el entrenamiento exigente y complejo siempre es una buena decisión para el aprendizaje y práctica de habilidades ya sean técnicas o mentales, cuando muchos se preguntan cómo llevar su buen golf del campo de prácticas al campo de juego, es necesario entender que no se tratará sólo de entrenar de forma exigente y compleja para simular las condiciones del campo de juego sino que se tratará también de llevar la noción de no fracaso al campo de juego y asumir que ahí, durante la vuelta o la competición tampoco existe.
El jugador y jugadora amateur de golf, en el campo de juego, debe convencerse de que no existiendo el fracaso o la frustración lo único que existe ante los fallos y los errores es el aprendizaje.
Sólo se puede aprender de los errores ya sea en el campo de prácticas o en el campo de juego. Equipare su tiempo de práctica técnica a darle un tiempo similar a su práctica mental. Cuanto antes empiece a hacerlo antes mejorará su juego.
Foto: Francisco González
Francisco González
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