Match de confraternidad entre Gran Canaria y Tenerife o cómo unos “locos del golf” se lo pasan en grande.
Match de confraternidad porque es lo que se busca con este tipo de viajes que muchas veces surgen de la forma más inesperada y que en este artículo se lo vamos a contar.
El miércoles pasado se disputaba en el Real Club de Golf de Tenerife un Match entre un grupo de Gran Canaria y otro de Tenerife. Hasta ahí todo normal, uno de tantos matchs que se disputan a lo largo del año en Canarias.
Pero si escarbamos un poco veremos que de normal no tenia nada. Ni por cómo se gestó, ni por cómo se jugó, ni por lo que ocurrió tanto dentro como fuera del campo.
Golfencanarias fue partícipe de todo el proceso desde el principio porque un servidor tuvo el honor de ser invitado a jugarlo, por lo que lo que contamos se vivió en primera persona. Pero empecemos desde el principio.
El campo elegido para el Match fue el Real Club de Golf de Tenerife.
¿Cómo surgió la idea de hacer este match?
Allá por el mes de octubre del año pasado, Agustín (Tino) Mora propuso a unos amigos del Real Club de Golf de Tenerife, la idea de juntar a un grupo de jugadores de Tenerife para jugar con otros tantos de Gran Canaria y disputar un Match.
La idea fue aceptada desde el principio con entusiasmo: no hay nada que le guste más a un jugador de golf que montar una partida con jugadores de fuera de su campo. Y si encima son de fuera de su isla más aún.
No me pregunten por qué pasa esto en el golf y no tanto en otros deportes. El hecho de jugar en grupo, conocer gente, vivir la experiencia y si puede ser ganando, es un aliciente más que poderoso que atrae a los jugadores de golf como el engodo a los peces.
Organizadores del tinglado.
Por parte de Tenerife, que iban a ser los anfitriones de este primer enfrentamiento, los que iban montando la cosa eran el citado anteriormente Tino Mora y Cándido Ruano.
Alejandro Blanco (i) y José María Arcas.
Por parte de Gran Canaria eran Alejandro Blanco y José María Arcas los que llevaban toda la intendencia, organizando grupo de jugadores de Gran Canaria, billetes de barco, ajuste de hcps, las partidas del match, tarjetas de juego, etc.
Modalidad de juego.
De Alejandro fue la idea de la modalidad de juego que era un dos en uno. Se formaron 4 equipos que lo conformaban dos jugadores de Tenerife y dos de Gran Canaria.
Estos 4 equipos jugaban todos contra todos puesto que se formaban parejas compuestas por un jugador de Gran Canaria y otro de Tenerife, lo que evitaba de nuevo el favoritismo del factor campo.
Pero ahí no acababa la cosa. Además de los enfrentamientos Match Play, cada jugador jugaba por él mismo puesto que había también una clasificación individual.
Puede parecer lioso, pero al final resultó ser una modalidad muy divertida que trajo sorpresas como luego veremos.
En diciembre ya tomaba forma el Match.
A finales de diciembre la cosa iba cogiendo forma. Se pasó en un principio de 4 jugadores por bando a 6 para terminar en 8 y así cuadrar 4 flights de 4 jugadores cada uno.
La fecha era definitiva, el 12 de marzo, para que todos los jugadores pudieran ir haciendo hueco en sus agendas y no perderse el match.
También se confirmó que después del golf habría una comida de hermanamiento entre todos los jugadores, cosa que también fue muy aplaudida por todos. Es de sobra conocido que hay muchas partidas que tienen un hoyo 19 que a veces supera a los otros 18.
La forma de desplazamiento también se cerró, y sería en el primer barco de la mañana para regresar en uno de los últimos de la tarde.
En febrero llegó la vorágine.
Con casi todo ultimado y a falta de detalles llegó febrero y todo se aceleró sobre manera. Los organizadores ya lo tenían casi todo planeado con detalle y una de las cosas importantes como era el lugar donde se iba a comer también se cerró por esas fechas.
Se creó un grupo de WhatsApp y la información volaba entre islas. Listados de jugadores y sus hcps, modalidad de juego con esos equipos que contenían parejas mixtas por islas, horarios de salida de los 4 flights, el de los barcos de ida y de vuelta, lugar y hora de la comida, …
Y llegó el 12 de marzo.
Al tener que coger el barco poco después de las 6 de la mañana, el madrugón fue de campeonato. Como algunos jugadores nos confesaron con posterioridad, la mayoría se despertó mucho antes de que sonara el despertador porque sabían que el día prometía.
Ocho jugadores, ocho bolsa de palos de golf, ocho bolsos de deporte con ropa y enseres, tres coches y muchas ganas de pasarlo bien desembarcaron en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife pocos minutos antes de las 8.
Todos en caravana y rumbo al Real Club de Golf de Tenerife, donde tuve el honor de recibirlos y darles la bienvenida.
Llegada al Real Club de Golf de Tenerife de los jugadores de Gran Canaria.
Pasamos a la Cafetería y allí, entre cafés, bocadillos y algunas tostadas de jamón y queso que parecían más grandes que un zapato de Pau Gasol, fueron llegando el resto de jugadores locales, que se iban integrando en el grupo casi de forma espontánea.
Desde un primer momento el ambiente fue fantástico. Era como si un grupo de amigos se reuniera para jugar al golf después de tiempo sin verse, pero la realidad es que muchos de nosotros era la primera vez que nos veíamos.
Al lío.
Tras un rato de cháchara llegó el momento de jugar. Polo blanco y pantalón beige para Gran Canaria y Polo azul marino y pantalón beige pra Tenerife.
Protocolaria foto de familia con todos los jugadores posando para pasar directamente al tee del 1 y presión para los jugadores, que alguno antes de colocarse a la bola ya comentaba que con tanto público nunca había jugado y que no sabía si le iba a dar a la ídem.
Y así fue. Algún jugador experimentó en sus carnes la presión del tee del 1 del Masters de Augusta en la última jornada. Lo bueno es que los demás jugadores no “hicieron sangre” y quitaron hierro al asunto, proponiendo alguno un Mulligan que, por supuesto, fue descartado por las miradas asesinas de algunos y los gestos de santiguarse de otros mientras decían en voz baja “blasfemia, blasfemia”.
Bromas aparte, la fase golfística del día se desarrolló con normalidad. Algunos jugadores parecían motores diésel y a medida que pasaban los hoyos iban cogiendo confianza y jugaban mejor.
Otros se encomendaron a la virgen (unos a la de Candelaria y otros a la del Pino), pero ni con esas jugaron a su nivel, lo que les hizo amortizar cada céntimo del greenfee.
La mayoría jugó decentemente, incluso algunos jugaron bien, lo que hizo que la experiencia fuera aún más agradable.
Partidas acabadas, ducha y comida.
El lugar elegido para la comida fue un guachinche que está muy próximo al Real Club de Golf de Tenerife. Aunque se planteó la posibilidad de comer en el mismo campo, se descartó porque se quiso sorprender a los jugadores visitantes con u. tipo de comida y lugar diferentes.
A las 15h. y en una mesa larga formada por otras 3 más pequeñas, los 16 jugadores nos encontrábamos en pleno desarrollo del tan famoso hoyo 19, ese que tanto gusta y en el que las primeras cervezas entran con tal facilidad que pareciera que el vaso tuviera una fuga.
Tras una buena comida compuesta por garbanzas compuestas (sí, en Tenerife son garbanzas), huevos estrellados, “carne fiesta”, paella de mariscos, postres y cafés, se pasó a la terraza para compartir los últimos momentos del día.
Quisimos hacer un aparte con Alejandro y Tino para que nos contaran cómo fue la experiencia y esto nos contaban:
José Royo: ¿Cómo surgió la idea de este match?
Alejandro Blanco: “Esta no es la primera vez que venimos. Tenemos compañeros en común y siempre es un placer hacer este tipo de actividad compartida en este gran deporte de golf y en ese magnífico club que es el Real Club de Golf de Tenerife”.
“Aire libre, muy buena actitud y siempre haciendo nuevos amigos. Es una maravilla. El trato recibido ha sido magnífico”.
Tino Mora: “La idea partió de Alejandro, que es amigo en común que tenemos Cándido y yo. Queríamos jugar un match aquí y luego otro de vuelta en un Pitch & Putt en Gran Canaria y así surgió todo”.
J.R.: ¿Fue complicado encontrar a los jugadores?
A.B.: “Para nada, prácticamente los ocho componentes del grupo fueron, como se diría, reclutados a la primera”.
T.M.: “Nosotros igual. Una vez decidida la fecha Cándido eligió a 4 amigos y yo a otros 4, jugadores con los que jugamos habitualmente”.
J.R.: ¿Alejandro, cómo se te ocurrió la modalidad de juego y qué opinas de ella?
A.B.: “No se me ocurrió a mí, lo comentamos, pusimos la idea en común y solo tuvimos que darle forma. Teníamos claro que lo que queríamos era jugar al golf, disfrutar y pasar un día con amigos. Los enfrentamientos pensamos que no son amigos de sentirnos en familia. Eso no quiere decir que no sean competitivo deportivamente”.
“Unificamos a los participantes por su handicap, de cada isla, los cuatro primeros de cada isla los cruzamos y lo mismo hicimos con los cuatro segundos, de esa forma sacamos 4 equipos de cuatro jugadores. Cada equipo tendría dos jugadores de handicap bajo y dos jugadores de handicap medio. Y de esta forma los equipos estaban más o menos compensados. Y así fue, al final cada equipo ganó un partido y perdió otro. Empate total. ¡Magnífico!”.
J.R.: Después de jugar hubo una comida de hermanamiento entre todos. ¿Golf + comida es el plan perfecto?
“Desde un principio la idea básica era “amistad, deporte, comida”. Prácticamente la valoración (con los que lo comenté que prácticamente fueron todos) lo primero fue que lo pasamos magníficamente y que este deporte, el golf, se presta de una forma especial a compartir tiempo haciendo deporte al aire libre, lo que se convierte en algo especial para hacer y compartir amigos”.
T.M.: “Es el plan ideal, no existe nada mejor que una comida entre compañeros compartiendo anécdotas del partido”.
J.R.: ¿Qué ambiente se vivió en el campo y en el guachinche?
A.B.: “El ambiente que se vivió ya se preveía desde antes de llegar. Nos estaban esperando, nos acompañaron en la entrada al club, compartimos un desayuno de una forma muy relajada y por supuesto una presentación de forma totalmente natural, como si nos conociésemos de toda la vida. En pocas palabras, vivimos familiaridad, cosa que es difícil de notar si no estás comprometido con lo que estás haciendo”.
“Antes de salir al campo nadie cuestionó el formato de juego y se notaba que lo importante era la cuestión personal por lo que estábamos allí. Vivir una jornada de amistad y por supuesto que se notaba”.
T.M.: “Completamente de acuerdo. Lo importante era una jornada de convivencia golfística. El ambiente maravilloso tanto en el campo como en el guachinche. Como te mencioné antes, contando anécdotas y echándonos unas risas. ¡Fantástico!”.
J.R.: Ahora toca el match de vuelta. ¿Ilusionados con jugarlo?
A.B.: “La verdad, esto es una cuestión personal, que cuando has vivido algo agradable pues quieres repetirlo. Y quiero poner el índice en las personas. Nos veremos próximamente en Las Palmas de Gran Canaria y en otro formato de golf, campo de Pitch and Putt. Y buscaremos siempre la amistad, aunque no es nada desdeñable el deporte al aire libre y la comida, cada cosa en su justa medida”.
T.M.:“Por supuesto, con muchas ganas de jugar en otro campo fantástico y pasar un gran día con buenos amigos”.
Y llegó el punto y seguido, puesto que toca la segunda parte en Gran Canaria, con las despedidas oportunas y el emplazamiento para el match de vuelta que ya tiene fecha y será en el campo de la mayoría de los jugadores de Gran Canaria y es el de Las Palmeras Golf, recientemente galardonado como Premio Golfencanarias al Mejor Campo de Pitch and Putt de Canarias.
Día espectacular del que por mucho que se hable siempre nos quedaremos cortos.
Gracias a los organizadores por la invitación a jugarlo, a todos los jugadores por hacer que el día fuera especial y al Real Club de Golf de Tenerife por las facilidades dadas para desarrollar el evento.
¡Nos vemos en Las Palmeras Golf!
