Orotava Golf Club, de 1896 a la actualidad. Localización exacta y estado de la zona.
El Orotava Golf Club, inaugurado en 1896 en el municipio tinerfeño de Santa Úrsula, fue el precursor del actual Real Club de Golf de Tenerife (tras su paso previo por el Tenerife Golf Club de la Mesa Mota), como reflejábamos en los primeros capítulos de la historia del club que pueden leer haciendo click aquí.
¿Qué fue del primer campo de golf de Tenerife de 1896?
El 24 enero de 1896 se constituyó e inauguró el Orotava Golf Club, un campo de 9 hoyos Par 31 que se extendía poco más de 1,5 kilómetros, dirigido por un “Comité Director de este juego”, como así lo llamaba el Diario de Tenerife en su artículo de presentación.
Aunque en algún medio se publicó que se iba a inaugurar unos días antes, el mal tiempo hizo que se postergase hasta el día 24, del que varios medios de prensa de la época se hicieron eco del acontecimiento.
El campo venía de la necesidad de los turistas y residentes británicos que querían tener algún lugar donde practicar su deporte favorito y de la perseverancia de los inversores británicos que tenían muy claro que los campos de golf serían un imán para el turismo, como así ocurrió.
English Grand Hotel y Tom Dunn
El mayor impulso del golf en Tenerife vino dado por el Hotel Taoro del Puerto De la Cruz (English Grand Hotel) y el campo se construyó en el norte de Tenerife, en La Quinta, Santa Úrsula. Su diseñador fue el reputadísimo diseñador Tom Dunn.
Dunn nació en Musselburgh, East Lothian, Escocia en 1850. Tal fue la demanda de sus servicios y la cantidad de campos diseñados por él a finales del siglo XIX que se llegó a bautizar este periodo como “The Dunn Era”.
Sus obras abarcan no solo una gran cantidad de campos en Gran Bretaña, sino también en Francia, como Dinard y Coubert, llegando, en palabras del propio Tom Dunn, a los 137 “golf links”.
Terrenos propiedad de la Marquesa de la Quinta Roja
Los terrenos fueron cedidos por la Marquesa de la Quinta Roja, Doña Sebastiana del Castillo Manrique de Lara, que los arrendó “en condiciones muy ventajosas” al no encontrar terrenos cerca del hotel pero, ¿quién fue Doña Sebastiana?
Sebastiana Fernanda Carolina del Castillo y Manrique de Lara nació en Gran Canaria en 1819 y falleció en el Hotel Camacho de Santa Cruz de Tenerife en el invierno de 1903.
Vivió durante toda su vida en las Islas Canarias y fue la VII Marquesa de la Quinta Roja, una familia noble con muchos terrenos y poder dentro de la sociedad canaria. Era viuda, lo que significaba que en el siglo XIX en Canarias tenía pocos derechos más que llorar a su difunto marido toda su vida.
Diego Ponte del Castillo
Para entender la personalidad de Dña. Sebastiana, pondremos como ejemplo lo que sucedió con su hijo Diego Ponte.
Diego Ponte del Castillo, VIII Marqués de la Quinta Roja, nació el La Orotava el 15 de abril de 1840. Siendo el hijo único del matrimonio habido entre Francisco Andrés Miguel Bartolomé de Ponte Xuarez-Gallinato y LLarena Cabrera Bethencourt, VII Marqués de la Quinta Roja (1812-1878) y de Sebastiana del Castillo y Manrique de Lara.
Se casó en el año 1867 en Gran Canaria con su prima hermana, María de las Nieves Elena Blasina Manrique de Lara y del Castillo (1844 – 1921), de cuyo matrimonio no hubo descendencia.
Diputado y fallecido por tuberculosis
El Marqués destacó en la vida pública por ser diputado provincial, defendiendo públicamente su pertenencia a logias masónicas. De él decían sus contemporáneos que era un hombre culto, de trato afable y generoso, que no podía ver una necesidad sin remediarla en el acto.
Enfermó de tuberculosis crónica muy joven, por lo que tuvo que ser atendido médicamente en muchas ocasiones, algunas de ellas en el extranjero, pasando largas temporadas de convalecencia en la Hacienda de la Quinta Roja de Garachico, asistiéndole el médico familiar Víctor Pérez González, que después pasó a ser Capitán de Campo del Orotava Golf Club.
A raíz de esta terrible enfermedad murió el día 5 de abril de 1880 a la temprana edad de 39 años en su hacienda familiar de Garachico.
Mujer de carácter
Sebastiana quería enterrar su cuerpo en la tumba familiar en el Cementerio Municipal de la Orotava, pero debido a la membresía de Diego en la masonería y que a la Iglesia católica no gustó, el párroco de la iglesia de la Concepción, José Borges Acosta, no permitió que Sebastiana enterrara a su hijo allí.
Lejos de rendirse inició una guerra con la iglesia, solicitando en varias ocasiones la autorización para enterrar a su hijo en Campo Santo y siendo todas denegadas.
Fue entonces cuando decidió construir su propio mausoleo familiar para poder enterrar a su hijo en el jardín de su casa, por lo que contrató los servicios del arquitecto francés Adolph Coquet, que elaboró el mismo con mármol de Lyon. El Mausoleo se erigió en su momento como un monumento contra la intolerancia religiosa.
La viuda del marqués consiguió, finalmente, el permiso del obispado años más tarde para trasladar los restos de su hijo al del Cementerio de la Villa. Por tanto el marqués nunca fue enterrado en el Mausoleo. Los jardines fueron adquiridos por el Ayuntamiento en 1991, convirtiéndolo desde entonces como uno de los principales espacios públicos del Conjunto Histórico de la localidad.
Construido por la presión de la colonia británica
Este campo estuvo operativo hasta 1902, momento en el que el campo se queda de forma residual “para los más entusiastas” debido a las dificultades económicas por las que atravesaba el campo y la reducción del apoyo recibido por el hotel.
A partir de ese momento el campo fue dejando de ser atendido progresivamente, llevando a su abandono total y absoluto a los pocos años.
¿Pero cómo se encuentra el campo en estos momentos?
Aún hoy en día se puede apreciar en la zona donde estaba el campo varias partes de algunos hoyos. Si algún lector está interesado en verlo en persona las coordenadas exactas son N 28º 26’ 0” O 16º 29’ 38”
Las coordenadas son importantes porque desde la carretera no se aprecia absolutamente nada ni del campo ni de lo que queda de su Casa Club.
Una vez localizado el lugar exacto, podemos acceder por un camino hasta la Casa Club, donde podemos hacernos una idea de cómo estaban distribuidos los hoyos, pudiendo apreciar o imaginar más o menos alguno de ellos.
Lo que se ve claro es la Casa Club, pequeña pero suficiente para la época. Con una zona noble de entrada a la misma desde la calle en la que se accede a la misma por una zona que en su día fue un jardín con un pequeño estanque delante.
Recibidor
Nada más entrar en la Casa Club podemos apreciar un recibidor que da paso a un salón principal y a dos estancias secundarias. Todas ellas con suelos, tabiques y techos de madera. Lo único que era construido en bloques eran los muros exteriores.
Lo que se aprecia claramente es que si bien los tabiques y techos pudieran ser los originales, los suelos han sido restaurados aproximadamente entre los años 1920 y 1925, cuando el campo ya había sido cerrado. Se supone que los terrenos fueron vendidos y se reformó la edificación para ser habitada.
Salón principal
A la izquierda del recibidor encontramos una sala y a la derecha el salón principal, amplio y rectangular al que se le ha caído por completo la pared que lo separaba de los salones anexos.
Comedor y baños
Si pasamos por el recibidor, encontramos otra estancia rectangular con acceso desde la parte trasera de la Casa Club, lo que da a suponer que fuera un comedor, puesto que a su izquierda según se entra desde la parte trasera, se encuentra estancia un poco más pequeña que parece una cocina puesto que tiene unos orificios en la pared que bien pudieran ser salidas de humo.
Junto a la estancia que pudiera ser el salón principal y comedor justo a la izquierda, hay una salida a una terraza exterior, con unas vistas muy bonitas al Teide y al océano. La chimenea que vemos en la foto en el tejado, nos da una pista de que era la estancia principal de la Casa Club.
En el otro extremo tenemos otra estancia que se parece a un baño o vestuarios pequeños con unos ventanucos en el tercio superior de la misma.
Pistas de cómo era el campo
Si caminamos alrededor de la Casa Club, podemos apreciar varias cosas que nos dan pistas de cómo era el campo.
Por ejemplo tenemos un lavadero de piedra adherido a la pared posterior de la Casa Club junto a un cuarto pequeño que era el lugar donde se limpiaban los palos una vez terminada la ronda de golf y se depositaban hasta que los caddies los recogían para llevárselos al Caddie Master.
Un poco más a la izquierda, se encuentra una habitación grande a ras de suelo que era el Caddie Master del campo, es decir, donde se guardaban las bolsas de palos de golf de los socios.
Esta habitación se dividía en dos estancias, siendo utilizada la zona más profunda para el almacenamiento de las bolsas y la zona delantera para la recogida de las mismas por los caddies del campo.
Debemos recordar que en esa época los carritos manuales no existían y prácticamente todos los jugadores salían al campo con un caddie que les llevaba la bolsa de palos.
¿Se puede ver alguna parte de los hoyos que había en el campo?
Sí y no, eso depende de la vista e imaginación del que lo vea.
En algunas partes de la finca, sobre todo en la parte alta, se aprecian indicios que indican que allí pudo haber un campo de golf.
A unos 50 metros de la Casa Club, se aprecia la forma de un posible hoyo que llegaba a la misma y a su izquierda algo que se parece a un pequeño bunker de calle, que es lo que aparece en la fotografía anterior.
Lo cierto es que se si se escarba un poco se puede comprobar que su profundidad era mucho mayor de la que se aprecia en la actualidad y que su forma se ha estrechado unos centímetros.
Los que nos hicieron de guía nos dijeron que esto que ven en la siguiente fotografía, era la calle de otro de los hoyos también cercanos a la Casa Club. Las hierbas secas de su alrededor y la forma de la misma apuntaban a ello.
Para serles sinceros, los tres del equipo de Golfencanarias que nos trasladamos hasta el lugar no pudimos apreciar nada que nos sugiriera la existencia de un campo de golf en la zona.
Erosión, flora y construcciones
Tres factores hacen que sea complicado que se vea algo claro. Uno es la erosión del terreno a lo largo de estos casi 130 años.
Otro es el crecimiento de diversa flora en la zona que ha cubierto la mayoría del terreno. Diferentes tipos de hierbas, arbustos, matorrales, verodes, cactus, etc., que han deformado completamente la zona.
El último es la construcción de diversas casas en parte de la finca principal. Varios terrenos fueron vendidos a particulares para construir casas, lo que destruyó la mayoría del campo.
Orotava Golf Club en Tenerife y Las Palmas Golf Club en Gran Canaria
Sea como fuere la historia del golf en Tenerife se inició aquí, en el Orotava Golf Club de La Quinta. En unos terrenos de una de las familias más influyentes de Canarias y en una época en la que el golf era un deporte completamente desconocido para la población tinerfeña.
Al igual que Tenerife, Gran Canaria tuvo fechados sus inicios en el golf el 17 de diciembre de 1891 con el campo de golf de Lomo del Polvo el Las Palmas Golf Club (Real a partir del año 1986), que hizo que el club sea el decano del golf español. No obstante décadas antes ya se tenían referencias de la práctica del golf en la isla y también de la mano de la colonia británica afincada en Gran Canaria.
Esperamos que este artículo les haya enseñado un poco de esa época de la historia, tan cercana pero tan lejana a la vez en la que, gracias a los británicos, el deporte del golf se instauró en Canarias.