En la primera parte de la entrevista hablábamos de ese día frío y gris en el que Irene Soffiati tenía el accidente que la postró para siempre en una silla de ruedas y se truncaba su carrera de gimnasta.
Era duro pero necesario narrarlo para ponerles en situación y que pudiesen apreciar la grandeza de lo que cuenta Irene en la segunda y tercera parte de la entrevista.
En la segunda que les ofrecemos a continuación, nos cuenta como al llegar a Tenerife la primera vez se sintió como en casa nada más bajar del avión y la casualidad hizo que el golf llegara a su vida.
Vamos con esta segunda parte.
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