Rory McIlroy fue el ganador de la última edición del Masters de Augusta disputada la semana pasada y nuestro Coach de Cabecera Paco González hace una reflexión de lo sucedido bajo el punto de vista mental.
Esperamos que os guste.
A propósito de Rory, por Paco González.
Tal y como dice Nazareth Castellanos (1) citando al físico y novelista inglés Charles Percy Snow en su célebre conferencia en el Senate House de Cambridge en 1959, seguimos bajo el paradigma de las “dos culturas”.
Un paradigma que expone la ruptura entre la ciencia y las humanidades, un paradigma también vigente en el golf y que supone la ruptura entre la técnica, en tanto ciencia, y la gestión mental en tanto filosofía humanista. Un enfrentamiento que impide el progreso y la mejora del rendimiento deportivo del golfista.
Es absolutamente necesario entender el golf de forma holística y es necesaria la interdisciplinariedad del saber y el conocimiento de todos los factores que intervienen en el golf, no solamente reducirlo a la técnica y la preparación física.
La gestión mental y emocional, la nutrición, el adecuado descanso, el bienestar familiar y social, la ordenada planificación de los objetivos personales y deportivos, así como la adecuación metodológica de las prácticas repercuten sobremanera en el mejor rendimiento que el o la golfista necesitan.
Sequía de “Grandes”.
Rory McIlroy no ganaba un grande desde 2014 aunque si había ganado Méritos y Torneos de golf importantes y valiosos. Llegaba a este Masters con el sueño de ganarlo y conseguir el Grand Slam, algo que pocos han conseguido.
Entre medio y durante la última década había hecho cambios en su swing, se había vinculado al psicólogo deportivo Bob Rotella, contraído matrimonio, ser padre de una niña y se había manifestado en contra de la escisión de jugadores del Tour de la PGA Norteamericana migrando al LIV y perdiendo la amistad con algunos de ellos, pero estaba en Augusta para cumplir un sueño.
La última jornada de este Masters 2025 fue una auténtica montaña rusa de cambios, alternativas, opciones, fallos, aciertos y sobre todo una auténtica clase magistral de golf mental.
Justin Rose otra vez segundo
Por una parte, y ya casi en el olvido para muchos, el perdedor Justin Rose hacía una remontada extraordinaria y brillante. Su juego mental fue impresionante. Gestión de las emociones, concentración, foco en el proceso, paciencia, resiliencia, motivación e inigualable caballerosidad en la derrota.
Por otro lado Rory luchaba con su mente desde los primeros hoyos al perder su ventaja en los búnkers de calle aunque lograba recuperarla hasta el hoyo 13 cuando a 80 metros de green y atacando la bandera se iba al agua para acabar con un doble bogey.
Los “científicos” comentaban que se había equivocado de palo, que se había equivocado de golpe; los “humanistas” decíamos que le había podido la presión, que se había ido al futuro viéndose ganador, que estaba pensando en el resultado que le daría el triunfo si hacía eagle o birdie. Fue un fallo mental.
Poder mental
A partir de ese momento fue cuando empezó la gran lección mental de Rory: aceptar el error, mantenerse en el presente, armarse de paciencia, controlar su decepción, recuperar su confianza golpe a golpe, tener el valor de hacer impresionantes golpes como el draw del hoyo 15 y el altísimo approach del 17.
Seguir respirando profundamente, seguir desconectando entre golpes hablando con su querido amigo de la infancia y caddie Harry Diamond, para finalmente superar una última decepción en el hoyo 18 y después salir al playoff para hacer un juego magistral para ganar y dejar salir, por fin, todas las emociones contenidas.
Hace años que el golf circula por unos derroteros en los que se prioriza el medir y matematizar todo lo que en él ocurre. Si nos paramos a pensar un poco no es más que la unión entre ciencia y materialismo, esto es, la vieja filosofía cartesiana.
Ojalá nos demos cuenta de que debemos incorporar en el mismo plano y con el mismo valor, la experiencia de los sentidos, la toma de consciencia, el compromiso, la motivación, la firme intención del logro, la paciencia, la resiliencia, el aprendizaje de la gestión de nuestra mente y de nuestras emociones, en definitiva abrir la puerta a una filosofía humanista que pueda convivir y mejorar esa filosofía cartesiana que se cree la única y la mejor.
(1) Castellanos, Nazareth, 2025, El puente donde habitan las mariposas. Biosofía de la respiración. Edit. Siruela.
Foto: Copyright Richard Heathcote / Getty Images
Francisco González
www.elentrenamientomentalengolf.com
Maspalomas Golf, campo con solera en el sur de Gran Canaria. Ficha del campo.
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