«En cualquier campo de Golf de nuestras islas, encontrarás lugares incríblemente bellos»

José Royo. Director de golfencanarias.com

La instrucción y el aprendizaje. Mental Coaching por Paco González.

La instrucción y el aprendizaje. Mental Coaching por Paco González.

Instrucción y aprendizaje son dos palabras que se usan constantemente en el deporte y que a veces se confunden.

Si el jugador no es capaz de llevar a cabo las directrices que el entrenador le marca, este es el responsable de cambiar la metodología para llegar a buen puerto.

En este artículo nuestro Mental Coaching Paco González, nos explica la diferencia que hay entre una instrucción y un proceso de aprendizaje y los diferentes mecanismos y herramientas que el entrenador y alumno pueden poner en marcha para optimizar recursos.

Recomendamos leer también el Entrenamiento mental por categorías.


Entrenamiento y jugar golf

Todo golfista debe convencerse de que entrenar al golf y jugar al golf son dos cosas muy distintas.

Para mejorar el juego y que las habilidades aumenten hay que orientar la práctica primordialmente hacia la simulación de las condiciones del juego.

Para la eficacia y eficiencia del juego del golf hay que establecer ejercicios de exigencia técnica, mental y de habilidad. Hay que usar cuantas variables se puedan dar y puedan existir en los golpes porque en el campo no hay alfombrillas ni el suelo está plano.

Para ayudar mentalmente a la mejora de la práctica de los y las golfistas amateurs hace ya algunos unos años configuré la idea de que existen tres tipos de práctica en el golf: la práctica de instrucción, la de corrección y la de simulación. El enfoque mental en cada una de ellas difiere sobremanera y sustancialmente.

La práctica de instrucción esencialmente trataría del ejercicio y aprendizaje de la gesto-forma y de los movimientos que se requieren para hacer los golpes que habrán de moldear el swing.

Instrucción Tirabolas desde abajo Real Club de Golf de Tenerife

En ella el foco de atención debe ser interno, de manera que deberá ser el hemisferio cerebral izquierdo el que con mayor medida se use pues es el más predispuesto para el entrenamiento, el análisis, las secuencias, las repeticiones y los detalles, lo que no quiere decir que se tenga que prescindir de la mente atlética así como el dejar de lado aspectos relativos al golf mental como pudieran ser la consciencia corporal, concentración, la relajación o la respiración.

Desde esa perspectiva mental cobra especial importancia el realizar la práctica de instrucción con el mayor nivel de consciencia corporal posible con el fin de incrementar las percepciones corporales que coadyuvarán en la retención del aprendizaje de las habilidades motoras.

Corrección del movimiento

La siguiente práctica sería la de corrección que es muy similar a la de instrucción pero se diferencia de ella en que se trata del aprendizaje de un gesto o movimiento específico o individual que se encontraría integrado dentro del swing o de un golpe.

Pensemos por ejemplo en el gesto concreto de bajar por dentro en el downswing. En este caso habría que involucrar a los dos hemisferios cerebrales pues no solo se trataría del aprendizaje sino también del moldeado creativo y visual del gesto en el que el hemisferio derecho es mucho más competente, de manera que el foco de atención tendría que ser tanto interno como externo.

Simulación y su proceso mental

Por último, la práctica de simulación, que es aquella que perseguiría el reproducir las condiciones que se dan en el campo de juego, tratando de que la misma sea lo más parecido a una vuelta real. En este tipo de entrenamiento el foco de atención deberá ser externo buscando un alto grado de concentración, confianza, relajación y motivación. Es importante en esta práctica el tratar de incorporar a la misma el estado mushin y la técnica de quiet eye dado que las mismas habrán de utilizarse en el campo de juego.

Existen varias formas de práctica de simulación, pero las premisas esenciales que configuran la que propongo y que me parece la más orientada a los aspectos mentales es la conformada por las cuestiones siguientes:

– Fijar objetivos reales (del mismo campo de práctica) o imaginarios (simular hoyos del propio campo o de otro cualquiera).
– No repetir ningún golpe al mismo objetivo (como en el campo de juego).
– Realizar las rutinas pre-golpe y post-golpe usando el mayor número de palos posible.
– Emplear el mismo tiempo de acción que se emplearía en el campo de juego.
– Menos es más, practicar calidad no cantidad.

Como se puede observar en este último tipo de práctica se trataría, en definitiva, de introducir en ella las condiciones y la variabilidad del juego real en el campo de juego.

Metodología de la práctica

Establecer estas distintas formas de práctica responde al hecho de que muchas de las diferencias entre el campo de prácticas y el campo de juego residen en la mente del jugador o de la jugadora amateur de golf, ya que en el campo de prácticas la mente está tranquila, no hay nada en juego y el swing se puede hacer sin tensión ni presión algunas, todo lo contrario que en el campo de juego en donde la tensión, la duda, el miedo se hacen presentes.

Hacer entrenamientos lo más exigentes posibles, tanto orientados al aprendizaje como a la simulación de juego, permite acercarse a las condiciones mentales existentes en el juego y, además, hacerlo en las condiciones más duras que puedan simularse permitirá entrenar las habilidades que se requieren para la mejora del desempeño y del rendimiento.

También habrá de tenerse muy en cuenta y adquirirá una gran importancia lo que se diga y se exponga en el propio diario post ronda del jugador o jugadora, ya que en él se encontrarán los aspectos que se pueden mejorar y la manera de cómo conseguirlo.

Actitud ante golpes deficitarios

También es aconsejable para los y las golfistas amateurs que luchan contra sus emociones el que aprovechen la práctica de simulación para crear un catálogo de aquellos golpes en los que son más deficitarios y que en el campo de juego les provocan emociones negativas, con la finalidad de que puedan practicarlos pero manteniendo una actitud diferente mediante la creación de pensamientos y emociones positivas.

Finalmente conviene recordar la necesidad de enfocarse en el proceso y no en el resultado en cualquiera de las prácticas expuestas pues es ahí en donde también radica una buena parte del éxito de un buen desempeño y buenas ejecuciones en el campo de juego.

Foto: Savannah Lakes Village

Francisco González

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La práctica. Entrenamiento mental.

La práctica. Entrenamiento mental.

La práctica en cualquier deporte es fundamental y en golf no lo iba a ser menos pero, ¿dónde practicar la parte mental? En este post nuestro Mental Coach Paco González nos arroja alguna luz de todo esto. Esperamos que les guste.


Paso buena parte de mi tiempo como entrenador mental tratando de convencer a los y las golfistas amateurs de que el lugar de entrenamiento mental es el campo de prácticas.

Campo de prácticas también para la parte mental.

No sé el porqué, pero muchos jugadores y jugadoras amateurs están convencidos de que el campo de prácticas es únicamente un lugar en el que se aprende o se mejora el desempeño y la performance técnica del swing y de los diferentes golpes y, aunque en parte no les falta razón, no terminan de aceptar que también ese mismo espacio y lugar es donde las distintas habilidades mentales se deben aprender y practicar.

El planteamiento holístico del golf que defiendo supone entender que podemos distinguir entre el cuerpo y la mente pero no separarlos para su aprendizaje y su práctica.

La práctica España pasa a semis tras vencer a la gran favorita Alemania en un final de infarto.

En general la mayoría de los y las golfistas amateurs que acuden esporádica o asiduamente al campo de prácticas lo hacen para ejercitar la técnica y no para entrenar las habilidades mentales, como el foco atencional, la concentración, la consciencia corporal, la respiración, el estado mushin o el quiet eye por citar algunas de ellas.

Automatismos

Por otra parte, cuando se aprende con un instructor una habilidad técnica, el jugador o la jugadora suele practicarla de manera autónoma y acudir a ese instructor, de vez en cuando, para poder perfilar los detalles finos que cree necesitar. Con el entrenamiento mental sucede exactamente igual.

Una vez que el o la golfista ha aprendido la habilidad está en condiciones de realizarla por sí mismo y ponerla en práctica, tanto en sus entrenamientos como en el campo de juego, pudiendo decidir acudir nuevamente al entrenador mental si cree necesitar el perfilar detalles o hacerla aún más consistente.

No dejaré de insistir las veces que haga falta en que el campo de prácticas y las vueltas de práctica en el propio campo son absolutamente esenciales para la mejora y la progresión del desempeño y rendimiento en el golf, pero sea por la razón que sea, el y la golfista amateur no obtienen del mismo la mayor eficacia y eficiencia para su golf.

El fracaso y su gestión

En este orden de cosas me gusta hacer reflexionar a los jugadores y jugadoras amateurs de golf que entreno sobre la noción de fracaso. Se puede definir el fracaso como «el resultado adverso en una cuestión, asunto o acontecimiento que se esperaba sucediese bien».

En el golf la idea de fracaso va inherentemente unida a la frustración, que no deja de ser una respuesta emocional primaria del ser humano y por lo tanto de todo golfista. Respuesta que se activa cuando se malogra un golpe que no culmina en la pretensión diseñada, decidida y esperada.

En el campo de juego esas ideas de fracaso y frustración están presentes permanentemente en todas y cada una de las acciones que acomete el jugador o la jugadora y día a día esa percepción se acentúa más y más dado que la sociedad actual es cada vez mucho más competitiva y, en ella, se ha consolidado la errónea idea de que los perdedores sean vistos como «fracasados». Sin embargo en el campo de prácticas esas ideas de fracaso y frustración se disipan, se difuminan.

Zonas de confort

En parte porque no hay exigencia de puntuación y en parte porque se accede fácilmente a las zonas de confort. Para que me entiendan mejor, en el campo de prácticas se pueden repetir los tiros y se ejercitan normalmente los golpes que ya se conocen o se saben hacer.

Por eso se hace necesario salir de esa zona de confort y entrenar las habilidades mentales que mitiguen o eliminen todas las sensaciones negativas que se pueden producir en el campo de juego.

El entrenamiento mental no consiste en chascar los dedos y como por arte de magia hacer que desaparezcan los problemas, las disfunciones o los errores mentales que afectan al juego. Se trata de entender y convencerse de que es como cualquier otro entrenamiento en el que la reiteración y la constancia logran la corrección de los fallos, las deficiencias y los errores.

Sesiones de trabajo productivas

Se sabe que el desarrollo de habilidades tiene lugar cuando se realizan y se llevan a la práctica. Las sesiones de entrenamiento que implican mucho esfuerzo y son duras, difíciles y exigentes, generalmente conducen a una buena retención del aprendizaje y la transferencia a otros contextos.

Las sesiones, en las que el rendimiento es cómodo y sin esfuerzo al final y a menudo darán como resultado una retención y transferencia deficientes.

Esto es bien conocido y está bien investigado en las teorías del aprendizaje y es lo que constituye el efecto de interferencia contextual.

Del campo de prácticas al campo de juego

Pero aunque el entrenamiento exigente y complejo siempre es una buena decisión para el aprendizaje y práctica de habilidades ya sean técnicas o mentales, cuando muchos se preguntan cómo llevar su buen golf del campo de prácticas al campo de juego, es necesario entender que no se tratará sólo de entrenar de forma exigente y compleja para simular las condiciones del campo de juego sino que se tratará también de llevar la noción de no fracaso al campo de juego y asumir que ahí, durante la vuelta o la competición tampoco existe.

El jugador y jugadora amateur de golf, en el campo de juego, debe convencerse de que no existiendo el fracaso o la frustración lo único que existe ante los fallos y los errores es el aprendizaje.

Sólo se puede aprender de los errores ya sea en el campo de prácticas o en el campo de juego. Equipare su tiempo de práctica técnica a darle un tiempo similar a su práctica mental. Cuanto antes empiece a hacerlo antes mejorará su juego.

Foto: Francisco González

Francisco González
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La importancia del entrenamiento mental en golf. Por Paco González.

La importancia del entrenamiento mental en golf. Por Paco González.

La importancia que el entrenamiento mental tiene en todos los deportes es crucial y en golf no iba a ser distinto.

El golf es un deporte individual de una gran complejidad técnica que demanda altas dosis de adaptación, de resiliencia, de control emocional y de esfuerzo aeróbico, entendiendo por esfuerzo aeróbico la capacidad del organismo para funcionar eficientemente y llevar actividades sostenidas con un poco de esfuerzo, poca fatiga, y con una recuperación rápida, derivándose tal esfuerzo, para el golf, de la particularidad de que la duración de un partido oscila estadísticamente entre las cuatro y las cinco horas.

Tanto todas estas características como el hecho del mucho tiempo de que se dispone entre golpe y golpe hacen que el juego del golf, ya sea a nivel de recreación o de competición, exija un rendimiento mental óptimo que permita una adecuada activación, un elevado control de la atención, una buena gestión de los pensamientos y emociones, una buena capacidad de análisis y de la toma de decisiones así como una buena aportación de autoconfianza dado el hecho de que el jugador o la jugadora amateur de golf tiende a pensar demasiado, tanto en aspectos internos como externos del juego mientas está jugando.

La importancia

La presión y su gestión.

Ante esta naturaleza intrínseca del golf los y las golfistas y especialmente más aún los niños, niñas y jóvenes que lo practican van a estar bajo un estrés físico y emocional importante. Todo jugador o jugadora de golf siente la presión del juego y de pensar exclusivamente en el resultado.

En el caso de los niños, niñas y jóvenes esa presión puede provenir normalmente de sus entrenadores, de sus padres, madres, compañeros o también de la que se ponen a sí mismo. En el caso de los adultos esta presión suele originarse en ellos mismos, ya sea por razones de autoestima, de ego, o de reconocimiento social. Sin lugar a dudas este tipo de estrés crónico puede distraer a los y las golfistas de sus objetivos y si no se corrige puede provocar alteraciones de salud mental y física.

Es cierto que las exigencias para los y las golfistas amateurs no son las mismas que las de un o una profesional, pero también no es menos cierto que algunos de los requerimientos que el golf les impone y solicita afectan no solamente a su nivel de desempeño y rendimiento sino que además, en buena medida, pueden afectar a su salud mental y física.

Maria Stokes.

En un estudio realizado por la profesora Maria Stokes en la Universidad de Southampton y el Dr. George Salem en la Universidad del Sur de California, se concluye: “El estudio de fuerza y equilibrio, realizado con dos grupos de muestra durante dos años ha indicado que los golfistas mayores tienen y desarrollan beneficios de fuerza y equilibrio”.

La importancia Rafael González Albarracín

Si los beneficios que el golf puede aportar a la salud física son múltiples y variados estos son algunos de los que puede aportar a la salud mental:

– Mejorar la concentración.
– Aprender a gestionar los contratiempos.
– Reconocer la tensión en el cuerpo y saber cómo liberarla.
– Conectarse con los golpes de una manera que ello permita acceder a la mente atlética, en lugar de tener interferencias por pensar demasiado.
– Aprender a acceder libremente al «presente» donde el miedo no es la componente clave.
– Desarrollar un sentido optimista sobre el juego y ver automáticamente los aspectos positivos en cualquier situación.
– Aprender a evaluar (objetivamente) el juego para centrarse durante las prácticas en las áreas de debilidad.
– Mejorar el desempeño de golf mediante habilidades humanas transferibles que resultan necesarias para tener éxito en cualquier cosa que se haga.

Aprendizaje y entrenamiento.

La neurociencia y la psicología nos dicen que aunque muchos de nuestros rasgos de personalidad son fijos o permanentes existe un porcentaje muy alto de nuestras habilidades mentales que se pueden modificar a través del aprendizaje y el entrenamiento, de manera que desde la perspectiva del nivel de juego de cada jugador y jugadora amateur de golf el entrenamiento mental le va a proporcionar:

– Un mejor nivel de concentración (que se entrena con las Rutinas y la técnica de Quiet Eye).

– Mantener la confianza (que se adiestra con la Motivación y el Diálogo Interno).

– No distraerse con pensamientos negativos y estar en el presente (que se ejercita con el Mindfulness o Atención Plena).

– Tener un buen nivel de activación (que se entrena con la Respiración y la Relajación).

– No reaccionar a los fallos y errores (que se consigue con la Aceptación).

– No juzgar su juego (que se ejercita con la Mentalidad de Crecimiento y Aprendizaje).

– Ser optimista (que se instruye con Cultivar la Paciencia y la Gratitud).

– Estar relajado y en calma (que se entrena con la Respiración y la técnica de Mushin).

Todos y cada uno de nosotros tenemos, en mayor o menor medida, estas habilidades pero el deporte y especialmente el golf exigen que sepamos cómo ponerlas en práctica en un momento determinado, sobre todo en aquellos momentos, y créame que son muchos, en los que la exigencia del juego hará que se desestabilice emocionalmente.

Foto: Pixabay

Francisco González

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Entrenamiento mental y golf amateur.

Entrenamiento mental y golf amateur.

Entrenamiento mental y golf amateur son dos conceptos que muchas veces parece que no casan bien. El pensamiento que es solo para profesionales está muy extendido entre todos los deportistas.

Dependiendo de la edad del jugador la carga de trabajo deberá ser adecuada, como se explicaba en el artículo de «Entrenamiento mental por edades».

En este artículo Francisco González, nuestro Mental Coach de cabecera, nos desgrana las claves de lo que debería hacer un amateur para tener un entrenamiento mental correcto.


Entrenamiento mental en el mundo amateur.

Todos los déficits de habilidades mentales relacionados con el desempeño y el rendimiento en golf pivotan en torno a tres ámbitos: el comportamiento (parte conductual), el pensamiento (parte cognitiva) y las emociones (parte afectiva) y es absolutamente necesario comprender que la conducta y el comportamiento siempre dependerán de cómo se piensa y cómo se siente, esto es de los pensamientos y las emociones.

Llevo tiempo ayudando a golfistas amateurs a maximizar sus habilidades mentales para la concentración, el foco atencional, la autoconfianza, el diálogo interno, la gestión de los pensamientos, la motivación, la visualización, permanecer en el presente o la relajación entre otras habilidades, tratando con ello de que consigan su máximo potencial, de que puedan realizar su mejor desempeño posible y de que obtengan el mayor rendimiento deportivo que puedan lograr.

Esta ha sido y es una tarea que ha tropezado y tropezará con inconvenientes que obedecen a distintos factores como pudieran ser la edad del deportista, su falta de compromiso, la falta de una buena cultura deportiva en su entorno, la ignorancia del valor e importancia que tiene el entrenamiento mental, la búsqueda exclusiva de resultados o la preponderancia y orientación hacia el ego.

Entrenamiento mental Golf Los Palos Torneo Aniversario

El entrenamiento mental debería estar presente en todos los golfistas independientemente del nivel. Foto Golfencanarias

Planificación entrenamientos.

Es cierto que para quienes se acercan al golf por un simple motivo de recreación y de pasatiempo, convencerles de la necesidad de establecer una planificación de objetivos o de un entrenamiento periódico ya sea físico, técnico o mental resulta una tarea prácticamente imposible.

En todo caso, nadie debería renunciar a establecer unos parámetros mínimos que le permitieran establecer sus propias metas y evaluar sus actuaciones, pues no se puede olvidar ni ignorar que el deporte siempre consistirá en la búsqueda de la mejora física, técnica y mental de la persona y del propio deportista.

Si tuviera que responder a la pregunta de cuáles son los factores que perjudican más al jugador o jugadora de golf amateur en alcanzar su auténtico potencial, no dudaría en decir que principalmente son, de un lado el no tener compromiso y de otro, no disponer de una mínima estructura a modo de plan esencial mínimamente detallado o, al menos, pormenorizado de manera simple para alcanzar los objetivos que se hubiera fijado, sin importar que los mismos fueran ambiciosos o no.

Planificación de objetivos.

Claro que existen niveles de compromiso con el golf que se dan desde el jugador o la jugadora profesional hasta el jugador o la jugadora amateur (sea cual sea su nivel de competición), pero a pesar de esa diferencia de niveles y compromisos todos y todas deberían estar convencidos de que la mejor herramienta de organización para la consecución de objetivos a corto, mediano y largo plazo es la planificación.

Parece evidente que al o la golfista amateur le resulta más accesible establecer algún tipo de dedicación temporal para la mejora de su condición o habilidad técnica, lo que está en consonancia con la tradición y creencia de que principalmente esta es la habilidad que debe perfeccionar por encima de cualquier otra, pero a pesar de la incomprensión, la ignorancia, las dudas y la desinformación, el entrenamiento mental debería estar, al menos, a la par con el entrenamiento técnico y en algunas casos por delante del mismo.

Siempre me ha sorprendido la falta de procesos de evaluación del jugador o jugadora amateur para conocer qué objetivos necesita tener en cuenta con los que mejorar sus debilidades o con los que aumentar sus fortalezas pues, en parte, solamente necesitaría revisar algunas estadísticas de su juego o reconocer sus actitudes y comportamientos cuando juega, para conocer algunas de las necesidades de naturaleza técnica o mental que debería entrenar.

Progreso y mejora.

Nadie puede cambiar nada por el simple hecho de enunciarlo o por el mero empeño. Dedico una buena parte de mis esfuerzos a tratar de exponer las causas y motivos que impiden a los y las golfistas amateurs a progresar y a mejorar en su juego y cuyo fundamento, asiduamente, se encuentra en la ausencia de las habilidades mentales que les permitirían conseguir ese progreso y esa mejora, más que en sus carencias técnicas.

En todo y toda deportista, sea cual sea su nivel, anida siempre la voluntad de progresar y mejorar tanto a nivel personal como deportivo por lo que, sin lugar a ninguna duda, todo y toda golfista amateur debería acceder al conocimiento y práctica de las habilidades mentales. En verdad las necesitan. El mundo del golf amateur ha permanecido demasiado tiempo alejado del entrenamiento mental y aún hoy permanece ajeno al mismo. Ojalá estos posts sirvan para estimular el interés por él.

Foto: de Christoph Keil en Unsplash

Francisco González

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La presión parental en el golf.

La presión parental en el golf.

La presión parental en el golf es el título del artículo pero podría estar dirigido hacia todos los deportes.

En este interesantísimo artículo, Francisco González nos muestra todos los aspectos de esa presión excesiva que muchas veces vemos que los padres ejercen sobre sus hijos.

En marzo del año pasado publicábamos un artículo de José Royo en el que hablaba de este tipo de presión titulado Los padres de los niños en el golf. ¿Ayuda o lastre?

Ahora les dejamos con este que seguro que tampoco dejará indiferente a nadie.


Equilibrio entre apoyo y presión excesiva.

No es fácil ser madre o padre de un o una joven deportista, en nuestro caso de un o una golfista, pues todo padre o madre se siente impulsado a participar del disfrute de sus hijos e hijas cuando practican un deporte que les gusta; pero no debemos olvidar que los padres y las madres somos protagonistas y referentes para ellos y ellas, además de ser sus primeros ejemplos y guías con los que hacer frente a la vida, así como a las dificultades y exigencias que se van encontrando en su desarrollo personal y en su desarrollo deportivo.

La presión Lilas Pinthier y Cayetana Fernández Poggio

Resulta evidente que nuestra influencia como madres y padres en la niña o el niño alcanza a todos los aspectos y cuestiones en las que se ven implicados como personas y, como no podría ser de otra manera, a todos los aspectos que se derivan de la práctica deportiva por la que se sientan atraídos.

Esta implicación parental en el deporte influirá de manera negativa o positiva no sólo en la relación personal y familiar sino que se extenderá a la propia relación de la niña o el niño con el deporte que practica.

El apoyo de los padres bien entendido.

El psicólogo deportivo Manuel Caragol Pugés certeramente nos dice: “el acompañamiento que como padres y madres de los deportistas jóvenes podemos hacer es desde el apoyo emocional, buscando empatizar en cada momento con sus reacciones e intereses acerca de su disciplina deportiva».

«Al mismo tiempo, entender que el protagonista o la protagonista principal de esta práctica deportiva es nuestro hijo/a, esta mirada nos facilitará acercarnos más a sus dudas, entender mejor sus reacciones y en último término orientarlo adecuadamente en la búsqueda de soluciones”.

La presión The Players Golf Shop Academy Amarilla Golf

Es necesario insistir en entender, como se ha dicho, que la presión parental puede influir positiva o negativamente. Los estudios científicos revelan que la actitud parental puede afectar a las conductas de sus hijas e hijos en el deporte y a su rendimiento deportivo, además de producir cambios afectivos y emocionales relacionados con el incremento de la ansiedad y estrés e incluso de burnout.

La presión parental aparece con el exceso de participación de los padres.

Es indudable que la adecuada implicación parental afecta al compromiso y continuidad de sus hijas e hijos con el deporte, influye en la transición de unos y otras hacia el alto rendimiento garantizando una apropiada carrera deportiva y garantiza una adecuada formación a través de la práctica deportiva.

Cuando la participación de padres y madres excede los niveles considerados óptimos por el niño o la niña se generará una mayor presión parental y por el contrario cuando la participación parental esté por debajo de los niveles considerados óptimos por parte de ellos o ellas se generará una baja presión parental.

Podría entonces definirse la presión parental como la discrepancia entre los niveles de implicación parental en la práctica deportiva de sus hijas e hijos y las expectativas de implicación que ellas y ellos tienen de sus padres.

El coach deportivo Tomás Lozada expone claramente los errores comunes que padres y madres deberían evitar en la práctica deportiva de niños/as y jóvenes, los cuales he adaptado a la práctica del golf:

Sobrevalorar el éxito.

A menudo, los padres se centran en el resultado final del partido o la competición, en lugar de valorar el esfuerzo y el progreso de sus hijas e hijos. Esto puede llevar a una presión excesiva y una falta de disfrute en el golf para ellas y ellos.

Ser demasiado críticos.

Los padres pueden ser muy críticos con sus hijos durante los entrenamientos o las competiciones, lo que puede dañar su autoestima y su confianza. Esto también puede llevar a una falta de confianza en sí mismos y a una falta de satisfacción con el golf.

Vivir a través de sus hijos.

Algunos padres pueden querer que sus hijos logren lo que ellos no pudieron lograr en su vida deportiva, lo que puede llevar a una presión excesiva y una falta de disfrute en el golf para los niños y niñas.

No respetar los límites de sus hijos.

Es importante que padres y madres respeten los límites de sus hijos e hijas en cuanto a su nivel de interés y habilidad en el golf. Presionarlos para que jueguen más allá de su habilidad puede llevar a la frustración con el golf y a la eventual renuncia del niño o la niña a practicarlo.

Comportarse inadecuadamente en sus partidos.

Los padres a veces pueden comportarse de una forma no útil en los eventos deportivos, haciendo gestos y expresiones corporales, siguiendo de cerca a sus hijas o hijos, manifestando verbal o corporal sus fallos o aciertos todo lo cual les afecta emocionalmente y repercute negativamente en su rendimiento.

No fomentar el deporte como una forma de disfrute y ejercicio.

Es importante que los padres y madres fomenten el deporte como una forma de disfrute, formación y ejercicio cuando se trata de niños o niñas en edad infantil. Las exigencias y obligaciones de la alta competición deberían iniciarse a través de una adecuada preparación mental, física y técnica en manos de entrenadores y entrenadoras cualificados siendo el rol parental el de apoyo y comprensión.

La presión parental en el golf

A modo de conclusión, el rol parental – tanto en la iniciación como en la competición o la alta competición – será entender que el protagonista que va a vivir las experiencias deportivas de mayor intensidad es el niño, la niña o el/la joven golfista y por ello su misión como padre o madre será la de facilitar los aprendizajes y estimular la implantación de valores positivos para el desarrollo deportivo y personal de sus hijas e hijos.

Foto: de Ilse Orsel en Unsplash

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Ansiedad competitiva. En negativo con matices positivos.

Ansiedad competitiva. En negativo con matices positivos.

Podría decirse, de una manera simple, que la ansiedad competitiva atañe a quienes practican un deporte y que es como un miedo anticipado, como temer un peligro que aún se desconoce y que no ha tenido lugar todavía.

La autopresión factor determinante.

Aunque existe en distintas formas y con diferentes síntomas, la ansiedad competitiva en su vertiente disfuncional suele darse más frecuentemente en personas que se autopresionan para tratar de ser los mejores en aquello que hacen, de manera que suelen ser personas con tendencia al perfeccionismo, a la autoexigencia y a la necesidad imperiosa de ganar, por lo que generan excesiva tensión para acceder a sus logros tanto para sí mismo como para su entorno.

Ansiedad competitiva

En golf la ansiedad puede llegar a bloquear y acarrear una serie de problemas que desembocan en fracaso.

En el golf, la ansiedad competitiva está muy presente dado que, en esencia, se trata de un juego de incertidumbres, incertidumbre en el resultado del golpe que se ejecuta e incertidumbre en el tanteo final de la ronda o la competición.

Definición de Mellalieu.

Entre las actuales direcciones de investigación que existen sobre la ansiedad competitiva en deporte destaca la definición que propone Mellalieu et al. (1) que la describe como un estado emocional que surge como consecuencia de la valoración o evaluación cognitiva (entendiendo por cognición la capacidad de un ser humano de procesar información a partir de la percepción, del conocimiento adquirido o características subjetivas que le permitan valorar tal información) que el deportista hace de una situación de competitividad o de una competición.

La conclusión que de esta definición se desprende es el hecho de que tanto la situación (competición o situación competitiva) como las características personales del deportista intervienen en el desarrollo de la propia ansiedad competitiva.

 

La ansiedad en sí misma no es buena ni mala siendo necesario una dosis adecuada de ella para rendir de manera óptima sin bloqueos causados por los nervios o el estrés de modo que, aunque la naturaleza intrínseca de los deportes es muy variada, en el golf se conjugan una serie de características propias que le hacen especialmente ser un productor de situaciones que el o la golfista puede percibir como amenazantes y responder ante ellas en estados emocionales de aprensión, temor, duda y tensión.

Síntomas cognitivos, somáticos y de comportamiento.

Entre los autores e investigadores así como en la literatura científico-deportiva existe una gran variedad de clasificaciones sobre la misma, por lo que voy a preferir decantarme por establecer una tipología de los síntomas o manifestaciones de ansiedad, las cuales pueden ocurrir antes, durante o después de una vuelta o de una competición.

Estos síntomas podemos distinguirlos como cognitivos (incapacidad y dificultad para mantener la atención y la concentración), somáticos (percepción de síntomas corporales causados por la activación del sistema nervioso autónomo, como aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, etc) y de comportamiento (movimientos repetitivos, arrebatos agresivos o de ira, postura inhibida, morderse las uñas).

El psicólogo y científico Charles Spielberger (1927-2013) (2) consideraba que para definir la ansiedad de forma adecuada hay que tener en cuenta la diferenciación entre la ansiedad como estado emocional y la ansiedad como rasgo de personalidad.

La ansiedad-estado, según Spielberger, sería un «estado emocional» inmediato, modificable en el tiempo, caracterizado por una combinación única de sentimientos de tensión, aprensión y nerviosismo, pensamientos molestos y preocupaciones, junto a cambios fisiológicos.

Ansiedad competitiva

La ansiedad-rasgo y la conducta.

Por su parte, la ansiedad-rasgo haría referencia a las diferencias individuales de ansiedad relativamente estables, siendo éstas una disposición, tendencia o rasgo. Contrariamente a la ansiedad estado, la ansiedad-rasgo no se manifestaría directamente en la conducta y debería ser inferida por la frecuencia con la que un individuo experimentase aumentos en su estado de ansiedad.

En este sentido, Francis et al. (3) concluye en sus estudios que los sujetos con alto grado de ansiedad-rasgo perciben un mayor rango de situaciones como amenazantes y están más predispuestos a sufrir ansiedad-estado de forma más frecuente o con mayor grado de intensidad.

¿La ansiedad competitiva puede ser positiva?

Sin embargo y a pesar de lo expuesto la ansiedad competitiva no tiene por qué ser siempre negativa. Según Jones et al. (4) existe un nivel óptimo para cada persona, para cada deportista.

Cuando se sobrepasa ese nivel es cuando se generan los problemas y las actitudes negativas. Si antes decía que la ansiedad competitiva en deporte se define como un estado emocional que surge como consecuencia de la valoración o evaluación cognitiva que el deportista hace de una situación de competitividad o de una competición, la ansiedad puede entonces actuar como un factor adaptativo.

En tal sentido y en su nivel óptimo puede aumentar las posibilidades de que el desempeño deportivo sea también óptimo, por lo que se puede afirmar que la ansiedad competitiva no siempre actúa como factor negativo en el rendimiento deportivo. Una alta autoestima ayuda a que se transforme en un elemento adaptativo y facilitador en el desempeño y rendimiento en golf.

Cada jugador un mundo.

El nivel de ansiedad competitiva presente en una situación dada, ya sea una ronda social o de competición depende del grado de personalidad ansiosa que presente el jugador o la jugadora de golf.

Pero además de las características personales del o de la golfista, también ha de tenerse muy en cuenta cuáles son sus consideraciones sobre el éxito, entendiendo por éxito no sólo el resultado final de una competición sino además, lo que es más importante, la consideración exitosa que pueda hacer de cada uno de los golpes que realiza durante el juego.

Según Frank Erik Abrahamsem (5) un deportista y en nuestro caso un o una golfista se sentirá exitoso cuando al lograr el dominio o la buena ejecución de un golpe, cuando al culminar con buen juego una ronda o cuando al concluir adecuadamente el aprendizaje de una habilidad técnica, mental o física juzgue todo ello desde una perspectiva autorreferencial de mejora y disfrute, de modo que ese éxito hará que se oriente al proceso o a la tarea.

Mientras que un o una golfista que valore esos éxitos en términos de demostrar superioridad sobre los demás o sobre sus compañeros competidores juzgará todo ello desde la importancia que da a la opinión de los demás y a la alabanza pública, de manera que tendrá una orientación hacia el resultado o el ego, por lo que conviene decir que ambas orientaciones motivacionales influyen de manera diferente en el estado de ansiedad.

Gestión de la ansiedad.

La orientación motivacional centrada en el resultado o el ego se presenta como un predictor del aumento de los niveles de ansiedad competitiva, mientras que la orientación hacia el proceso o la tarea predice el aumento de los niveles de autoestima y de autoconfianza, de modo que puede afirmarse que todo aumento de los niveles de autoconfianza y autoestima reducirán significativamente los niveles de ansiedad competitiva, mientras que por el contrario una ausencia de autoconfianza y autoeficacia provocará un aumento de la ansiedad competitiva según consideran en sus estudios Jokela y Hanin (6).

Todo jugador o jugadora de golf amateur que desee alcanzar las mejores cotas de rendimiento y de resultados deberá orientarse hacia el proceso o la tarea. Sí, es cierto, el golf se enfoca esencialmente al resultado pero enfocarse al proceso/tarea supone suspender la afección del resultado sobre nuestros estados de ánimo y sobre el surgimiento de emociones y pensamientos disfuncionales.

Concentrarse en el proceso/tarea y no en el resultado del golpe o del tanteo final no impide que se cometan errores, pero si pone al y la golfista en predisposición de jugar mejor y alcanzar finalmente mejores resultados.

Citas y bibliografía

(1) Mellalieu, S., Fletcher, D., Halton, S. (2006). “A competitive anxiety review: Recent directions in sport psychology research”. Swansea University, University of Wales y Cardiff Metropolitan University.

(2) Spielberger, CD. (1983). “Manual for the State-Trait Anxiety Inventory (STAI)”. Palo Alto, CA: Consulting Psychologists Press

(3) Ries, Francis et al. (2012). “Relaciones entre ansiedad-rasgo y ansiedad-estado en competiciones deportivas”. Cuadernos de Psicología del Deporte, vol.12, nº2.

(4) Jones, G., Hanton, S., y Swain, A. (1994). “Intensity and interpretation of anxiety symptoms in elite and non-elite sports performers. Personality and Individual Differences, 17.

(5) Abrahamsem, F.E. (2008). “Achievement goals and gender effects on multidimensional anxiety in national elite sport”. Psychology of Sport and Exercise, Vol.9, Issue 4.

(6) Jokela, M. y Hanin, Y. (1999). “Does the individual zones of optimal functioning model discriminate between successful and unsuccessful athletes? A meta-analysis”. Journal of Sports Sciences 17.

 

Foto: Marc Puig     Marc@SotaPar.com

Francisco González

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La visualización, entrenamiento mental por Paco González.